«Así les dirás: “Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo.”
Y así les diré: Venìa por la carretera de regreso de una semana de vacaciones en la playa,con mi familia, iba observando el paisaje, y de pronto el Señor fijó mi mirada en un puente en el que se podía ver la siguiente inscripción: «Jr10:11», seguimos el camino y mi mente comenzó a darle vueltas cada cierto tiempo a la inscripción «Jr10:11»,llegué a la casa, desempaqué, descansé y la inscripción venìa a mi, cada cierto tiempo, entonces parè y le dije al Señor: ¿Señor quieres que lo busque en la Biblia? comencé por descifrar el Jr, pero enseguida me vino a la mente que se trataba de Jeremías, abrí mi Biblia y leí: «Así les dirás:
“Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo.” » ,pero la cosa no quedo ahí, hoy a dos días de mi llegada, el señor insiste en este versículo, así que me senté en mi computadora y aquí estoy dejando que su Santo Espíritu me dicte, recordé que ayer cuando abrí mi twitter, escribí :
Y hoy en la mañana pensaba: Señor y pensar que muchos de nosotros le atribuimos los milagros, no solo a las personas, sino a las imágenes, me vino a la mente «Josè Gregorio Hernandez » un medico venezolano, que si bien, fue un alma de Dios por su nobleza, no es Dios, y la gente le atribuye milagros a el, suelen decir «Jose Gregorio Hernandez me hizo el milagro», y así como ese hay muchos ídolos a los que se les da la gloria que solo le pertenece al Señor.
Esta mañana encendí el televisor para escuchar las noticias y lo primero que escuche fueron todos los actos en honor a la «Divina pastora», honor y gloria para la divina pastora decian, y pasaban a la gente en «procesión» detrás de una inmensa imagen de cerámica supongo, luego abro la Biblia para ubicar el contexto del versículo que el Señor quería que leyera y leo esto:
Escucha, pueblo de Israel, la palabra del Señor. 2 Dice así:
«No aprendan ustedes la conducta de las naciones,
...Las costumbres de los pueblos
no tienen valor alguno.
Cortan un tronco en el bosque,
y un artífice lo labra con un cincel.
Lo adornan con oro y plata,
y lo afirman con clavos y martillo
para que no se tambalee.
»Sus ídolos no pueden hablar;
¡parecen espantapájaros
en un campo sembrado de melones!
Tienen que ser transportados,
porque no pueden caminar.
No les tengan miedo,
que ningún mal pueden hacerles,
pero tampoco ningún bien.»
¡No hay nadie como tú, Señor!
¡Grande eres tú,
y grande y poderoso es tu nombre!
Todos son necios e insensatos,
educados por inútiles ídolos de palo.
«Así les dirás: “Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo.” »
La humanidad es necia e ignorante;
todo orfebre se avergüenza de sus ídolos.
Sus imágenes son un engaño,
y no hay en ellas aliento de vida.
No valen nada, son obras ridículas;
cuando llegue el día de su castigo, serán destruidas.
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