Amputación Radical: Cortar, eliminar o aislar todo lo que te hace pecar

cortar con el pecado

Nuestro Significado de Amputación Radical

Eliminar, cortar, aislar, anular o neutralizar toda fuente que nos permita, provea o conduzca al pecado, haciéndolo de una manera continua y permanente, severa, sin dejar residuos, y poniendo límites físicos, técnicos, emocionales o relacionales, como barreras para no tener acceso al pecado mismo de nuevo.

Como ministerio creemos que este es un principio bíblico, es decir que lo vemos aplicado numerosas veces en la Biblia, en ocasiones como la conquista de Canaán, las enseñanzas de Cristo, y las epístolas de Pablo. Creemos que es necesario un entorno limpio de fuentes de pecado para buscar la santidad, y es uno de los principios que vivimos en Libres en Cristo, buscando cada día quitar de nosotros todo lo que nos facilita el pecado sexual. Lo más evidente que procuramos destruir y eliminar son las fuentes de pornografía o material sugestivo a nuestro alcance. Sin embargo, hay otras actividades, situaciones y circunstancias que debemos eliminar.

Nosotros llamamos así a este principio para darle un nombre, pero independientemente de cómo tú lo llames, es un principio manifiesto constantemente en la Biblia. Considera con nosotros estos pasajes donde acerca de la Amputación o Corte Radical.

Por tanto, también nosotros, ya que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos que dan testimonio de la Verdad, despojémonos y tiremos a un lado cada carga y cada peso innecesario que nos estorba, en especial ese pecado que se nos prende y nos enreda con tanta rapidez, destreza y astucia, y corramos con aguante y paciencia, y con persistencia firme y activa en el curso señalado en la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1 AMP

Nuestra Biblia nos explica que en la vida cristiana, existen cargas y pesos de pecado que se nos han prendido. La Palabra es específica al señalar que debemos ‘despojarnos’ y ‘tirar a un lado’, todos esos pesos.

Si lo que ves con tu ojo derecho te hace desobedecer a Dios, sácatelo y tíralo lejos. Es mejor perder una parte del cuerpo y no que todo el cuerpo sea echado al infierno. Si lo que haces con tu mano derecha te hace desobedecer, córtatela y tírala lejos. Es mejor perder una parte del cuerpo y no que todo el cuerpo vaya al infierno. Mateo 5:29-30 BLS

Probablemente no te saques en realidad los ojos para no ver pornografía. Pero si puedes eliminar de tu visión lo que te estimula a pecar sexualmente a través de tus ojos. No te cortarías las manos, pero si debes y puedes eliminar lo que tus manos hacen para pecar. Nuestra Biblia usa la figura de cortar o amputar, porque la santidad requiere de decisiones radicales.

¿Qué fuentes de pecado debemos amputar o cortar en nuestra vida?

Amputamos, eliminamos el pecado en una progresión desde lo externo, hasta lo más interno. Creemos que no hay cambio de vida sin el cambio en la mente y el corazón a través de Cristo y el Espíritu Santo –si creyéramos solo en cambios externos y conductuales, no nos diferenciaríamos en nada de la consejería secular. Sin embargo, sabemos que es difícil que una mente cambie, cuando en la mesa de noche de nuestra habitación, hay una pila de revistas pornográficas. Otro ejemplo, no será posible encontrar una relación con Dios, si las llamadas telefónicas de un amante interrumpen tu tiempo devocional. Primero es necesario limpiar tu ambiente, para empezar a sanar.

Primero, eliminamos lo obvio, lo físico y externo. Nos deshacemos para siempre de las revistas, los DVDs, la conexión de cable, el servicio que te provee de pornografía; colocamos un filtro en nuestra conexión a Internet. Luego ve más allá, y planifica como terminar con las relaciones que te proveen, animan o permiten pecar: un novio o una novia con el que mantienes relaciones sexuales, los amoríos fuera del matrimonio, y los amigos o amigas que mantienen un estilo de vida pecaminoso que deseas dejar.

Ahora que ya se ha ido lo obvio, debes enfocarte en eliminar de tu vida los estímulos que entran por tus otros sentidos: la música sensual, o la que te hace recordar con nostalgia el pecado. Cuídate incluso de los olores que percibes (el olor de un perfume, u otros olores que te traigan recuerdos) ideando con creatividad nuevos caminos, nuevas rutas y un plan para enfrentar el torrente de recuerdos que desencadenas.

Cuando ya hayas tomado esas decisiones, es momento de empezar a quitar las cosas centrales, lo más profundo enterrado en tu vida: las creencias centrales, las mentiras que el pecado te sembró. Hay cosas que creemos, tales como “mi cuerpo solo sirve para atraer a otros a pecar”, o “merezco el placer sexual después de un día difícil”. La forma de eliminar estas creencias es solamente a través del estudio y la meditación en la Palabra de Dios, para renovar tu mente día a día.

Junto a estas creencias centrales, empezarás a eliminar los pactos que has hecho contigo mismo, todas esas frases que empiezan con NUNCA o SIEMPRE, y que te amarran ahora en tus patrones de conducta, de relacionarte con otros y de pensar. Por ejemplo, “yo nunca voy a dejar que un hombre se aproveche primero de mí”, “yo nunca voy a involucrar mis sentimientos en una relación”, “siempre necesitaré de la pornografía mientras sea soltero”, etc. Pide perdón a Dios por haber hecho estas promesas, renuncia a ellas, y confiesa con tu boca que tu único pacto es hecho con Dios y con la salvación que ha provisto para ti.

La destrucción de tus creencias centrales te permitirá eliminar tus hábitos, tus conductas externas. Esfuérzate en validar cada día tus decisiones, renunciando a estos hábitos, y entregando cuentas al respecto.

Déjanos tus comentarios para saber qué piensas al respecto, o si necesitas ayuda extra acerca de cómo manejar estos cortes radicales en tu vida.


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