«Jehová dijo a Moisés: Anda… yo enviaré delante de ti el ángel… pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino» Éxodo 33:1-3
Dios le estaba diciendo a Moisés en éxodo 33 que conquistara la tierra prometida junto con el pueblo judío; pero el todopoderoso le dio una noticia a Moisés: van a conquistar la tierra, pero yo no estaré con ustedes.
¿Cuál fue la reacción del pueblo? «y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos» Éxodo 33:4
Yo me pregunto, ¿por qué el pueblo reaccionó de esa manera? ¿acaso no tenían la promesa divina de que Dios enviaría un angel para conquistar la tierra prometida?
Lo que pasa es que el pueblo hebreo entendió algo que muchas veces nosotros olvidamos…
De nada sirve cumplir nuestros sueños, lograr nuestras metas o que Dios cumpla sus promesas, si su presencia no está con nosotros
Esa gran verdad impactó mi vida cuando medité acerca de esta historia hace un tiempo, muchas veces ponemos demasiado énfasis en los sueños que tenemos y nuestras metas, muchas veces Dios permite que se cumplan, pero ¿la presencia de Dios está con nosotros? ¿ o llegamos a nuestra tierra prometida pero sin Dios?
Así que en mis oraciones Dios, no te voy a pedir que se cumplan mis sueños, no te voy a pedir que se realicen mis metas, te pido que tu presencia esté conmigo, todos los días de mi vida, todos los minutos que me queden, desde hoy hasta el último aliento de mi vida, no permitas que me aleje de ti porque yo se que tu nunca te alejarás, ese es mi anhelo, mi deseo, mi ruego: tu presencia…
Todo lo demás, añadido será.
«Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí» Éxodo 33:15
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