Quebrantamiento de la vida espiritual

Quebrantamiento de la vida espiritual
Satanás también quebranta nuestra vida espiritual. Nos quita la vida de oración poco a poco, nos hace que confiemos en Dios menos y menos y que confiemos en nosotros mismos más y más. Y esto lo hace gradualmente, un poco cada vez. Así, cada vez nos hace sentir un poco más inteligentes que antes. Paso a paso nos lleva a confiar más en nuestras propias cualidades, y esos mismos pasos son los que alejan nuestro corazón del Señor. Entendamos que si Satanás atacara a los hijos de Dios de una vez y con gran fuerza, éstos sabrían defenderse del enemigo, pues inmediatamente reconocerían su obra. Lo que es tan villanamente sutil en Satanás es que no se nos viene encima con un gran ataque; no, emplea las tácticas de desgastar y quebrantar a los santos lentamente durante un largo período, logrando así que los hijos de Dios vayan apartándose y perdiendo un poco de terreno cada vez. El usa esta táctica gradual para quebrantar a los hijos de Dios.
Mal uso de nuestro tiempo
Satanás también nos hará desperdiciar el tiempo. Félix hacía venir a Pablo a menudo y hablaba con él. Después de dos años de conversaciones con el gran apóstol, todavía no era salvo. Este es el procedimiento del enemigo para agotar a los hombres. Hoy, Pablo es invitado a hablar, pero sin lograr ningún resultado; mañana vuelve a ser invitado y el resultado es también nulo; al día siguiente otra vez es invitado, y lo mismo, sin resultado alguno. Así Pablo se vio envuelto en una actividad completamente estéril durante dos años. ¡Cómo el enemigo nos hace desperdiciar el tiempo y las energías!
Si los hijos de Dios no aprenden a discernir las tretas de Satanás, caerán fácilmente en sus trampas. Hemos de redimir nuestro tiempo y sacar el provecho de cada hora. Hemos de contrarrestar las tácticas con que Satanás consume nuestro tiempo y resistirle para que no nos haga trabajar en obras que no darán ningún fruto.
Plan de desgaste de la consagración de Sansón
Sansón tuvo sus fallos, pero no debió haber perdido su consagración al Señor, ni tampoco su testimonio de separación. En la historia de Sansón el perder la consagración significa perder el poder y el perder el testimonio significa perder la presencia de Dios.
Sansón era un nazareo, es decir un hombre consagrado a Dios. Satanás sabía que la razón de la fuerza extraordinaria de Sansón era su consagración, y por lo tanto, para quebrantarlo se propuso destruir su consagración. ¿Cómo lo hizo? Usó a una mujer llamada Dalila, la cual «presionándole cada día con sus palabras e importunándole (a Sansón), su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón» (Jueces 16:16,17). Así es como Sansón reveló el secreto de su gran fuerza, y como consecuencia cayó en el lazo que Satanás le había preparado: perdió su consagración, su fuerza, su testimonio de separación, y la presencia de Dios. Ese «presionándole cada día» que nos dice la Biblia, es la obra del enemigo.
Si Dios nos abre los ojos seremos capaces de ver que Satanás, para quebrantar y desgastar a los hombres, emplea toda clase de procedimientos: les quebranta el cuerpo, el corazón y la vida espiritual. No ataca con violencia; los desgasta y agota lentamente. Por lo tanto, debemos guardarnos de las tácticas quebrantaduras de Satanás. No debemos permitirle que nos desgaste. Al contrario, tenemos que resistir cada uno de sus ataques.
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Aguas refrescantes 5 de agosto
La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Génesis 28:13.
¡Notemos lo que Dios le dice a Jacob! No nos sor¬prendería si le hubiera dicho estas palabras al final de su vida, pero el hecho es que fueron pronunciadas al principio. Toda la bendición le es presentada cuando aún se encuentra en su estado natural, astuto, especulativo y egoísta. ¿Cómo es posible esto?
Con seguridad sólo porque Dios se conocía a sí mismo. El tenía plena confianza en su capacidad para transformar a este hombre. Sabía que Jacob, en sus manos, tarde o temprano llegaría a ser un vaso para su honra. «Te la daré». Nada tenía que hacer Jacob. ¡Qué notable que Dios sea un Dios de tal confianza! Sus expectativas se basan en sí mismo, y nunca en nosotros. ¡Oh que apren¬damos que nuestro Dios es un Dios invencible!
Watchman Nee
Jesús es el Señor! – Jesus is Lord – Jesus ist der Herr – Yeshua adonai – Gesù è il Signore – Jésus est Seigneur – Ιησους ειναι ο Λορδος – Иисус – Господь – يسوع هو الرب – 耶稣是主 – 主イエスは – Jesus é o Senhor – Jesus är lorden
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