Cómo responder a los tiempos difíciles

Los tiempos difíciles sirven para separar el “trigo” de la “paja”. o sea, cuando dos personas enfrentan dilemas parecidos, una se acerca más a Dios, da fruto espiritual, y se vuelve más apacible. Pero la otra se llena de ansiedad, amarga su espíritu, y se llena de dudas secretas en cuanto a la fidelidad del señor. La diferencia tiene que ver con la manera como cada uno responde a las dificultades.

Todos sabemos que las dificultades son parte de la vida. ser cristiano no cambia ese hecho (Jn 16.33). Lo que cambia es nuestra comprensión de la soberanía de Dios: nada toca nuestras vidas a menos que Dios lo permita. El señor permitió que un rey asesino persiguiera a David durante años (1 s 23). Pero el fugitivo respondió a la adversidad con fe, y llamó a Dios su amparo y refugio (sal 59.16).

Nos enfrentamos a los retos por muchas razones. Dios los permite para que podamos desarrollar fe, cambiar nuestra perspectiva, o profundizar nuestra compasión. A veces, los creyentes llegan al cielo antes de haber comprendido el porqué tuvieron que soportar sufrimientos. Pero cualquiera que sea la prueba o el propósito de Dios al permitirla, él está dispuesto a ayudarnos en nuestra aflicción (sal 46.1). Podemos volvernos a él en busca de consuelo, guía y ayuda. o podemos enojarnos y resentirnos por no haber sido rescatadas de nuestro valle de sombra (véase sal 23.4).

Cuando la aflicción nos quita todas las muletas, a uno solamente le queda el señor. ¿Puede usted pensar en una mejor situación, que encontrarse sostenido por nuestro fiel y soberano Dios? Aunque algunas personas son destruidas por esa clase de situación, otras se convierten en creyentes inquebrantables.

Filed under: Devocionales


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.