La Proeza de una ardilla

Aquel día no me podía haber sentido más deprimida. Mi marido había tenido que viajar nuevamente, y por enésima vez me había quedado sola con nuestros cuatro hijos. Andábamos mal de dinero, y mi salud flaqueaba. Una de nuestras hijas estaba pasando por una crisis de la adolescencia. Oré, ¡cuánto oré!, para que Dios me […]


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.