La fidelidad de Dios hacia los fieles

Dios promete grandes promesas a los fieles
Protección sobrenatural (Salmo 31:23; Apocalipsis 3:10).
Gran autoridad espiritual (“sobre todos sus bienes le pondrá”, Mateo 24:47; “le daré la corona de la vida”, Apocalipsis 2:10).
Intimidad eterna con Dios (“entra en el gozo de tu señor”, Mateo 25:21,23).

La fidelidad es una virtud cristiana en la que Dios se agrada, porque expresa su verdadera naturaleza (Dios es fiel y no puede negarse así mismo, 2° Timoteo 2:13). Dios tiene predilección por los fieles :
“A los fieles guarda Jehová” (Salmo 31:23).
“Mis ojos pondré sobre los fieles de la tierra” (Salmo 101:6).
Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. 1° Tesalonicenses 4:1
La palabra griega para “fidelidad” es pistis (la misma que se traduce como “fe” en muchos pasajes del NT). En su sentido bíblico más amplio, la fidelidad está relacionada con :
FE : el verdadero creyente es fiel; la persona fiel es el verdadero creyente. En ciertos versículos del NT español la palabra griega pistos (= fiel) es traducida como “creyente” (ej. Juan 20:27 : “no seas incrédulo sino creyente”, lit. “fiel a tu fe”. El cristiano genuino es siempre fiel a Dios y a su fe en el evangelio de Jesucristo.
VERDAD (en su sentido subjetivo : sinceridad; y en su sentido objetivo : genuino, legítimo, íntegro). La fidelidad nace de un corazón saturado por la fe que no admite doblez (Santiago 1:6-8). No la compromete siendo amigo del mundo (Santiago 4:4-6; 1° Juan 2:15-17).
LEALTAD (constancia, perseverancia). El cristiano fiel retiene su fe hasta la muerte (por ej. Mateo 24:13; Apocalipsis 2:10). Siempre procura agradar a Dios, así en las buenas como en las malas (adversidades), en las grandes cosas y en las pequeñas (3° Juan 5). Es digno de confianza, fiable, da seguridad.
Dios requiere que seamos fieles a Él, a Su palabra y en la administración de sus bienes (talentos, dones, posesiones) que nos ha confiado : “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” (1° Corintios 4:1-2).
El Señor prueba nuestra fidelidad en las circunstancias adversas, y en las cosas simples de la vida, para purificar la fe que habita en nuestros corazones : “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas” (1° Pedro 1:7-9). Un principio del reino de Dios es “fiel en lo poco, fiel en lo mucho”Mateo 25:14-21, ).


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