David un rey conforme al corazón de Dios

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I Samuel 16:1-13

Pastor: Domingo Arias

Dios tenía un gran profeta en Israel, se llamaba Samuel; el había sido comisionado por Dios para ungir al rey Saúl.

Desde el segundo año de su reinado, Saúl se dedicó a desobedecer los mandatos del Señor; y ya para estos tiempos habían transcurrido más de veinte años de su reinado, y nada había cambiado en su relación con Dios, se mantenía tan rebelde como al inicio; es por lo que Dios decide desecharlo. Samuel nunca dejó de orar por Saúl, hasta que Dios le da el mandato de trasladarse a Belén donde vivía Isaí; uno de sus hijos sería elegido por Dios para ser el nuevo rey en lugar de Saúl.

Para Samuel cumplir con el mandato de Dios, tenía un gran dilema; él era una figura publica, así que sus movimientos no quedaban en el anonimato (verso 2) “Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido”

Al leer este verso, cualquiera de manera ligera podría interpretar que Dios estaba invitando a Samuel a mentir; pero no se trataba de mentir sino de solo mencionar uno de los acontecimientos que Samuel realizaría en la ciudad de Belén.

La orden que Dios le daba a su profeta era de elegir a la persona que le fuera indicada, cuando llegara el momento; con esto quedaba reflejado que no se trataba de la elección conforme a la voluntad de Samuel, sino de quien Dios escogiera.

Versos 4-5 “Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? El respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio

No es posible separar la impresión humana de la actividad divina cuando Dios quiere usar a un hombre como su instrumento, y eso se ve claro en la reacción de Samuel, cuando recibe al primero de los hijos de Isaí (verso 6) “Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido”

La expresión del verso refleja lo que Samuel sintió y no lo que expresó, así que oye la voz de Dios que le habla (verso 7) “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”

La gran enseñanza, que sacamos de aquí, la podemos dividir en dos partes.

1- Lo que mira el hombre.
La presentación o primera impresión.
Su tamaño o fisonomía.
Su preparación académica.
Su posición económica.

2- Lo que mira Dios.
El carácter del individuo, su capacidad interior.

Eliab no era el elegido de Dios, Samuel estuvo a punto de cometer un grave error.
Versos 8-10 “Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos”

¿Dónde estaba el escogido? ¿Se había equivocado Dios de lugar?

Samuel sabía muy bien que Dios no se equivoca, es por esto que dice (verso 11) “Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí”

¿Por qué no fue traído desde el principio? ………… La orden era apremiante “no comeremos hasta que no halla llegado”

Verso 12 “Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es
El que no llenaba ninguna de las expectativas humanas, fue el que Dios eligió para su propósito.

Algo extraordinario se experimentó en la vida de David a partir de aquel momento (verso 13) “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá”


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