Daniel Capitulo 5



Bendiciones hermanos.



Continuamos con la lectura del libro de Daniel, hoy con el capitulo 5 que trata un solo tema como, la escritura en la pared.

Padre nuestro, en este día en el que comenzamos alabándote y adorándote queremos poner en tus manos la guía por medio de tu Espíritu en la lectura diaria, para que por medio de el nos instruyas para que podamos ser fieles servidores en ti reino, cubre este foro por el cual llevamos tu palabra y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el bendito nombre de Jesús amen.



Daniel


Capitulo 5

La escritura en la pared


1 El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.

2 Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajeran los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor, su padre, había traído del templo de Jerusalén, para que bebieran de ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas.

3 Entonces trajeron los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios, que estaba en Jerusalén, y bebieron de ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.

4 Bebieron vino y alabaron a los dioses de oro y plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

5 En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre que escribía delante del candelabro, sobre lo encalado de la pared del palacio real; y el rey veía la mano que escribía.

6 Entonces el rey palideció y sus pensamientos lo turbaron, se debilitaron sus caderas y sus rodillas daban la una contra la otra.

7 El rey gritó en alta voz que hicieran venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia: «Cualquiera que lea esta escritura y me dé su interpretación, será vestido de púrpura, llevará en su cuello un collar de oro y será el tercer señor en el reino».

8 Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni dar al rey su interpretación.

9 Entonces el rey Belsasar se turbó sobremanera y palideció, y sus príncipes estaban perplejos.

10 La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo:
–¡Rey, vive para siempre! No te turben tus pensamientos ni palidezca tu rostro.

11 En tu reino hay un hombre en el que mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz, inteligencia y sabiduría, como la sabiduría de los dioses. El rey Nabucodonosor, tu padre, oh rey, lo constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos,

12 por cuanto en él se halló más espíritu, ciencia y entendimiento para interpretar sueños, descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.

13 Entonces trajeron a Daniel ante el rey. Y dijo el rey a Daniel:
–¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?

14 Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría.

15 Y ahora trajeron ante mí sabios y astrólogos para que leyeran esta escritura y me dieran su interpretación; pero no han podido interpretarme el asunto.

16 Yo, pues, he oído de ti que puedes interpretar y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, llevarás en tu cuello un collar de oro y serás el tercer señor en el reino.

17 Entonces Daniel respondió y dijo al rey:
–Tus dones sean para ti; da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey y le daré la interpretación.

18 »El altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor, tu padre, el reino, la grandeza, la gloria y la majestad.

19 Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien le placía, mataba, y a quien le placía, daba vida; engrandecía a quien le placía, y a quien le placía, humillaba.

20 Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino y despojado de su gloria.

21 Fue echado de entre los hijos de los hombres, su mente se hizo semejante a la de las bestias y con los asnos monteses fue su habitación. Le hicieron comer hierba, como al buey, y su cuerpo se empapó del rocío del cielo, hasta que reconoció que el altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.

22 Pero tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón sabiendo todo esto,

23 sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido; hiciste traer ante ti los vasos de su Casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas bebisteis vino de ellos; además diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven ni oyen ni saben; pero nunca honraste al Dios en cuya mano está tu vida y de quien son todos tus caminos.

24 »Por eso, de su presencia envió él la mano que trazó esta escritura.

25 Y la escritura que trazó es: «Mene, Mene, Tekel, Uparsin».

26 Esta es la interpretación del asunto: «Mene»: Contó Dios tu reino y le ha puesto fin.

27 «Tekel»: Pesado has sido en balanza y hallado falto.

28 «Peres»: Tu reino ha sido roto y dado a los medos y a los persas.

29 Entonces Belsasar mandó vestir a Daniel de púrpura, poner en su cuello un collar de oro y proclamar que él era el tercer señor del reino.

30 La misma noche fue muerto Belsasar, rey de los caldeos.

31 Y Darío, de Media, cuando tenía sesenta y dos años, tomó el reino.


Notas:


Daniel 5:1 Dt 32.4.

Daniel 5:1 En este relato, la lectura e interpretación de una inscripción misteriosa pone de manifiesto una vez más el carácter extraordinario de la sabiduría profética concedida por Dios a Daniel. Cf. Dn 1.17,20.

Daniel 5:1 Belsasar es la transcripción de un nombre babilónico que significa (el dios) Bel protege al rey. No debe confundirse con Beltsasar, que era el sobrenombre dado a Daniel en la corte de Nabucodonosor. Véase Dn 1.7.

Daniel 5:2 Belsasar, aunque no fue rey de Babilonia, ejerció funciones reales durante los ocho años en que su padre Nabónides se mantuvo retirado en el desierto de Arabia.

Daniel 5:4 Nabucodonosor, su padre: Fuentes históricas fidedignas atestiguan que el padre de Belsasar fue Nabónides, el último de los reyes de Babilonia (556-539 a.C.). Por lo tanto, Belsasar no fue hijo del rey Nabucodonosor en sentido físico. Puede afirmarse, sin embargo, que lo fue en un sentido amplio, ya que también él ejerció funciones de gobierno al frente del imperio neobabilónico, como antes las había ejercido Nabucodonosor, el más célebre rey de la dinastía caldea. Véanse Jer 1.14-15 n.; Dn 1.4.

Daniel 5:21 La profanación de los vasos sagrados confiere un carácter sacrílego a este banquete, en el que no solo se rendía culto a los dioses paganos, sino que también se menospreciaba al verdadero Dios (cf. v. 23).

Daniel 5:23 Estos v. se refieren al episodio relatado en Dn 4.29-36.

Daniel 5:25 Job 12.10.

Daniel 5:30 Estas tres palabras, en su sentido propio, son los nombres de pesas y monedas antiguas: Mene «mina», Tekel «siclo», Uparsin (plural de peres) «media mina». Pero este detalle no es tan importante como la interpretación que reciben en el texto: se relacionan las dos primeras palabras con los verbos maná y takal, que significan, respectivamente, medir y pesar; en cuanto a la tercera, se relaciona a un mismo tiempo con el verbo parás, que significa dividir, y con el nombre de los persas. De este modo, la misteriosa inscripción resulta ser una profecía acerca de la suerte futura del imperio babilónico.

Daniel 5:31 Dos historiadores griegos narran que los babilonios estaban bebiendo hasta embriagarse cuando el ejército de Ciro llegó a Babilonia para apoderarse de ella (véase Is 41.2.). La conquista de la ciudad se produjo entonces en forma pacífica; pero una antigua tradición atestigua que Belsasar fue asesinado por un oficial de su reino, que se había pasado a los persas.

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