Un hombre con temor de Dios

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I Samuel 24:1-7

El temor de Dios, no representa miedo al Señor; sino respeto y reverencia con amor.
Con el tema presente continuamos viendo dos vidas encontradas, una sin ningún apego ni temor a Dios, y otra con un temor fervoroso y reverente ante lo que Dios pide o valora.
Saúl dedicó todo su esfuerzo en perseguir a David, mientras este último solo utilizaba su capacidad y sabiduría para evitar caer en las manos de este perverso rey ¡Qué paradoja! Su propósito era el de cuidar la integridad física del rey; aunque para lograr esto, él tuviese que mantenerse huyendo constantemente.
Le fue informado a Saúl que David se encontraba en el desierto de En-gadi, así que partió para allá al mando de tres mil hombres escogidos. Después de andar suficiente tiempo llegó al lugar donde había un redil de ovejas y al caer la noche se detuvieron frente a una cueva para descansar.
Saúl entró solo a la cueva, no había nada que temer ya que todo su ejercito estaba en el frente a la entrada de la cueva, ¿Quién se atrevería a entrar en aquel lugar? El rey se hallaba seguro.
3“Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva
Los hombres de David vieron allí mismo la posibilidad de resolver su problema, por eso le recomiendan que esa era la oportunidad de vengarse; hasta se atrevieron a decirle que esa era la voluntad de Dios, y que él le había puesto la vida de Saúl en sus manos (verso 4). Parece que cierta curiosidad movió a David y fue calladamente y le cortó la orilla del manto de Saúl, mientras este dormía.
5“Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl”
Hay personas que aun consientes de que han actuado mal, no sienten ningún temor.
Para David tenía mucho valor la unción que Dios había puesto una vez en el rey Saúl,
6 “Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová

Que fácil hubiera resuelto David la situación, sus hombres estaban dispuestos a matar a Saúl, él ni siquiera los estaba mandando, solo tenía que permitirlo. Después de este incidente, Saúl que jamás supo lo que había pasado salió de la cueva y siguió su camino.

Luego salió también David, el cual empezó a llamar a Saúl y a explicarle lo que había sucedido (versos 8-15); Saúl sorprendido le responde a David y reconoce la justicia y nobleza de el (versos 16-21).

22 “Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte”

¿Cree usted, que después de esto Saúl dejó de perseguir a David?
Lamentablemente el rey Saúl no era un hombre temeroso de Dios; es por esto que ya en el capitulo 26 hallamos a Saúl otra vez persiguiendo a David.

Y nosotros ¿somos temerosos de Dios?

Conclusión: Proverbios 8:13 a “El temor de Jehová es aborrecer el mal”.




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