¡Recién estrenamos un año nuevo!
Los días previos al 1 de Enero, por regla general solemos hacer un balance de cómo
transcurrió nuestra vida, qué proyectos y metas alcanzamos.
Meditamos en aquellos que ni siquiera iniciamos o que dejamos colgados a mitad de camino.
Evaluamos las pérdidas que tuvimos y los éxitos que obtuvimos.
Y …. nos proponemos para este nuevo comienzo,
metas mayores, expectativas mejores.
Consideramos reajustar tiempos, realizar cambios……
¡Y cómo no! Todo ello con la dirección y la guía de Nuestro Dios.
Pero…….
¿No os ha ocurrido que cuánto más te has empeñado y tomado la determinación de comenzar algo,
realizar un cambio, retomar un hábito, forjarte en una disciplina conforme a la Voluntad de Dios,
antes caes sintiéndote en derrota y fracaso?.
¡Situaciones golpean nuestra puerta!
Situaciones que, suelen coincidir con nuestros puntos más débiles, y también por lo general,
situaciones que hacen tambalear todas estas decisiones.
¿Por qué?
Por experiencia propia puedo decir:
– Porque nuestro enemigo, Satanás, conoce a la perfección nuestras debilidades, y ataca sin
compasión. El hace bien su trabajo, y nosotros no ponemos resistencia.
«Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar» (1ª Pedro 5:8)
– Porque luchamos con nuestras fuerzas y no con las de Dios.
«Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no
se cansarán; caminarán, y no se fatigarán». (Isaías 40:31)
– Porque anhelamos y deseamos nuestros caminos, creyendo ser
mejores que los de Dios.
«Fíate de Jehová de todo tu corazón,
y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y El enderezará tus veredas» (Proverbios 3:5-6)
Podríamos seguir enumerando y enumerando…….
Pero mi deseo, tanto particular como para cada uno de vosotros,
es que en este Año 2011,
cada situación que golpee nuestra puerta,
sea cual sea, venga en el momento cualquiera,
bajo ciscunstancias diversas…….
sean situaciones siempre para crecimiento,
para acercamiento a Dios,
para forjar un carácter cristiano que haga la diferencia en este mundo.
para acercamiento a Dios,
para forjar un carácter cristiano que haga la diferencia en este mundo.
«Y a Aquel (Dios) que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros».
Efesios 3:20
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