VE AL MUNDO

Predicad, Predicad, Predicad por Todo el Mundo

«Y les dijo: ‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que cree y es bautizado será salvo, pero el que no cree será condenado.»Marcos 16: 15,16

Antes de que nuestro Señor diera esta comisión a sus discípulos, se había dirigido a ellos en un tono de serio reproche. Ustedes podrán observar que, luego, apareció a los once cuando estaban sentados a la mesa, «y les reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.» Debido a que Él otorgaba un valor muy honorable al testimonio, Él pronunció una censura muy marcada sobre quienes lo desatendieron. La reprimenda que ellos recibieron en esa ocasión puede muy bien servirnos de llamada de atención a nosotros, pues la incredulidad incapacita al cristiano para el servicio. En la medida en que tenemos una fe personal en el Evangelio, en esa medida nos convertimos en testigos competentes para enseñarlo a los demás. Cada uno de nosotros si fuera realmente sincero, debería repetir las palabras de David: «Creí; por tanto, hablé,» pues de lo contrario nuestra falta de fe le va a quitar efectivamente a nuestro discurso todo su poder en las personas que nos escuchan.

Muy poca duda cabe que una de las razones por las cuales el cristianismo no es tan agresivo ahora como lo era al principio, y no ejerce la influencia que tenía en los tiempos apostólicos, es la debilidad de nuestra fe en Cristo comparada con la total seguridad de fe que poseían los hombres de aquellos tiempos. En vano esconden su tímido corazón tras una cara modesta, cuando la actitud que deberíamos mostrar y la fuerza viva que nos debería guiar es una confianza valiente en el poder del Espíritu Santo, y una profunda convicción del poder de la verdad que se nos pide que entreguemos. Hermanos, si esperamos un avivamiento de la religión, este debe comenzar en casa. Nuestras propias almas deben primero que nada estar llenas de una santa fe y deben arder de entusiasmo, y después seremos fuertes para realizar proezas y ganar provincias para el cetro del Rey Jesús.

Por Charles Spurgeon

Ver mas de este mensaje en la siguiente dirección:  http://www.spurgeon.com.mx/sermon900.html


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