*** Por qué Señor ***

Te preguntas: «¿Por qué, Señor?
¿Por qué tengo que pasar por tantos trances y penalidades?
¿Será que te estoy desagradando? Te amo.
¿Por qué tengo que sufrir estas vicisitudes?»
Muchos cristianos a lo largo de los siglos se han planteado lo mismo.
En todos los casos Mi Espíritu estaba obrando en ellos.
A menos que se volvieran débiles, Yo no podía hacerme fuerte en ellos.
A menos que se quebrantaran, Yo no podía enseñarles a ser compasivos;
no podía enseñarles la empatía, el sincero interés que les hacía
falta tener por los demás.
No podía concederles todos los hermosos dones de Mi Espíritu
que traen aparejados los apuros y los quebrantos.
Por medio de esas aflicciones te estoy enseñando a luchar,
no con tu propia fortaleza, sino con Mis fuerzas,
valiéndote de la oración y acudiendo a Mí por cada cosa que
se te presenta en la vida.


Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filepenses 4:13

Pero en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó.
Romanos 8:37

Forjad espadas de vuestras rejas de arado y lanzas de
vuestras podaderas; diga el débil: Fuerte soy.
Joel 3:10

Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel:
Yo Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente,
que te encamina por el camino que andas.
Isaias 48:17


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