SALMO 119. N. LUZ EN EL CAMINO

Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mis senderos.
He jurado, y lo ratifico:
cumpliré tus justos mandamientos.
Estoy sumamente afligido,
Vivifícame, Señor, según tu palabra.
Acepta, Señor, las ofrendas de mi boca
y enséñame tus mandamientos.
Mi vida está siempre en mis manos,
pero no olvido tu ley.
Los malvados me ponen trampas,
yo no me desvío de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
son el gozo de mi corazón.
Inclino mi corazón a cumplir tus normas,
que son mi recompensa eterna.

El poeta juega con los símbolos. En la Biblia la expresión, mis pasos y mis senderos, indican el estilo de vida cotidiano. La palabra del Señor es como una lámpara que da luz a mi estilo de vida cotidiano. La luz permite orientarse, ubicarse, andar con seguridad, asegurarse que uno va en la dirección correcta.

Necesito, pues, asegurarme que invierto suficiente tiempo y esfuerzo en permitir que la luz de la palabra ilumine mi estilo de vida y me ayuda a orientarme. Dedicar tiempo a leerla y, como comentaba ayer, meditarla, no es un lujo que sólo se pueden permitir personas carentes de vidas complejas y ocupadas, antes bien, es una necesidad de la que ningún seguidor de Jesús puede prescindir sin riesgo de ir perdido en un mundo de creciente complejidad.

Un principio

Permitir que la palabra de Dios ilumine nuestro estilo de vida.

Una oración

El conocimiento de las buenas noticias en Grecia.


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