SALMO 119. K. NO ABANDONE.

Mi vida desfallece por tu salvación,
espero en tu palabra.
Mis ojos languidecen por tu promesa:
¿Cuándo me consolarás?
Aunque era como un odre ahumado,
no olvidaba tus leyes.
¿Cuántos serán los años de tu siervo?
¿Cuándo juzgarás a mis perseguidores?
Me han cavado una fosa los soberbios
que no están de acuerdo con tu ley.
Todos tus mandatos son verdaderos;
sin causa me persiguen, socórreme.
Casi me eliminaron de la tierra,
pero no abandoné tus decretos.
Por tu amor dame vida
y guardaré la instrucción de tu boca.

Los poetas tienen maneras hermosas de expresarse pero que resultan raras para las mentes esquemáticas como la mía. En ocasiones, me cuesta seguir el hilo conductor del escritor y qué es lo que quiere expresar, cuál es su idea central o clave.

Al leer esta estrofa mi mente imaginaba a una persona sufriendo de grandes presiones, tanto internas, es decir, que provenían de sus propias tensiones, deseos, contradicciones, tentaciones sin queremos y, por otro lado, presiones externas, que venían de su entorno. En medio de todo ello el poeta no abandonó su fidelidad a la palabra de Dios.

Automáticamente he hecho el salto a mi propia experiencia y me doy cuenta que sufro el mismo tipo de presiones, tanto de mi interior -yo mismo me cuestiono mis valores y, en ocasiones, si vale la pena continuar tratando de ser fiel a Dios, como de mi exterior -vivo en una sociedad que me presiona abierta y sutilmente para abandonar mis principios y valores y conformarme al medio-.

Me he dado cuenta qué fácilmente es abandonar, dejarme ir, sucumbir ante la presión, hacerlo y luego justificarlo. Siempre puedo encontrar «buenas razones» para justificar y explicar mi abandono.

La lectura del salmo me ha desafiado en varias maneras. Primero, conocer los mandamientos de Dios. Segundo, resistir las presiones y no abandonar. Tercero, ser consciente que la resistencia -el propio sentido de la palabra lo implica-, siempre es costosa.

Un principio

La resistencia a la presión siempre es costosa.

Una oración

Por el conocimiento de las buenas noticias en Bosnia.


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