SALMO 112. AMAR SUS MANDAMIENTOS

¡Aleluya!
Feliz el hombre que respeta al Señor
y ama con pasión sus mandatos.

En este salmo dos cosas son remarcables. La primera, es que al igual que anterior, tiene un estilo acróstico que, al igual que el anterior, ha desaparecido con la traducción. La segunda, es que se trata de un poema escrito en estilo sapiencial, podría ser perfectamente un párrafo del libro de Proverbios.

Para mí, este salmo me desafío en un doble sentido, respetar al Señor y amar con pasión sus mandamientos. Entiendo el carácter y propósito de los mismos, proteger y bendecir mi vida, sin embargo, si he de ser honesto y realista, no siempre me gustan sus preceptos y no siempre tengo una actitud positiva hacia ellos. Los mandatos del Señor se interponen en el camino cuando trato de vivir la vida como quiero y deseo. Sus mandatos cuestionan mi estilo de vida, mis actitudes, mis decisiones, mis motivaciones, mis prioridades y eso, no siempre me gusta. Cierto, hay ocasiones en que agradezco gustosamente la luz que aportan a mi cotidianeidad, pero en otras ocasiones son un desafío a mi tendencia a imponer mi voluntad y vivir sin tener en cuenta la de Dios.

Sin embargo, y en general, doy gracias a Dios por sus mandatos y cuando miro atrás retrospectivamente me doy cuenta que han hecho de mí lo que soy y, para que engañarme, me gusta como soy. A ellos se lo debo.

Un principio

Dios usa sus mandamientos para modear mi vida.

Una oración

Por la evangelización de Perú.


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