Escogiendo el rumbo correcto y el calzado adecuado

*Esta entrada es parte de la primera enseñanza en la reunión de Mujeres LEC en 2011.

“Mejor lo viejo conocido”

El pueblo judío, después de salir de la esclavitud de Egipto y al verse en el desierto, ante una nueva situación y en terreno desconocido para ellos, volvió su mirada a lo “viejo conocido”, el lugar donde habían estado esclavizados por tanto tiempo y del que Dios los había sacado para su liberación.

“… ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos, pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.” Éxodo 16:3

Después de tanto tiempo de estar esclavizados, habiendo nacido en esclavitud, la mentalidad de un israelita era la de esclavo. ¿En qué se parece esta situación a nosotras? Nacimos en pecado y cuando la sangre preciosa de Jesucristo nos lleva a una nueva vida, ¿cómo están nuestros pensamientos y conceptos? ¿Son borrados instantáneamente o seguimos con esa vieja mentalidad que ha sido formada en nosotras?

Alrededor de los 5 años, fui abusada por mi abuelo y fue para mi tan traumático que lo olvidé hasta que fui adulta, pero mis actitudes fueron de ser auto-suficiente, independiente y competitiva; esta forma de acutar me trajo soledad y aislamiento, yo no entendía el por qué de mi situación emocional como adulta, sin saber que yo misma la había provocado. Estaba usando un calzado equivocado, independiente de Dios y centrada en mi misma porque así me protegía, según yo. Conforme pasaba el tiempo, estaba tan acostumbrada a la forma de actuar (caminando con unos zapatos que no eran lo que Dios deseaba para mi) que ya era parte de mi forma de ser y reaccionar, que ya no sentía que no eran parte de mí.

Como dice Romanos 12:2, no nos conformemos a lo que el mundo nos ha impuesto, sino que cambiemos nuestra manera de pensar, de reaccionar y de recibir cada cosa.

¿Hay una situación en tu vida donde, a tu parecer se siente más fácil y cómodo regresar a antiguas costumbres o relaciones? Por supuesto que el enemigo de nuestra alma, el diablo, está hablándonos a nuestro oído tratando de llevarnos de regreso al pecado o a una posición donde nos pueda manipular fácilmente para hacernos caer cuando se le antoje.

Escogiendo el rumbo

Para comprender este punto, vamos a utilizar como metáfora el calzado que usamos diariamente ¿Qué zapatos elegimos cada día? ¿Cuáles combinan con mi atuendo? ¿Cuáles me hacen sentir cómoda?

Al escoger el rumbo es necesario ver con que zapatos – como estamos caminando – y a donde queremos llegar, es necesario tener un rumbo. Puede ser el estudio, un trabajo, una pareja, perder unas cuantas libras o salir de una adicción sexual.

Antes de empezar nuestro caminar este año, hay que considerar algo. Como dice en Lucas 14, ningún rey sale a la batalla sin antes considerar si tenemos lo suficiente para entrar en ella y salir victorioso. Ninguna mujer sale de su casa sin considerar que lleva lo necesario para triunfar en la misión del día.

¿Estoy usando el calzado correcto?

Todas, de una forma u otra, hemos sido abusadas o rechazadas, hemos recibido heridas que muchas veces las dejamos escondidas en un rincón porque nos lastiman y no queremos recordarlas, pero sabemos que ahí están y adoptamos actitudes y hábitos que no son sanos (nos ponemos zapatos que no son los correctos para nuestro caminar).

Estoy tan acostumbrada a mis zapatos viejitos que aunque ya no se vean bien, me siento a gusto con ellos. Cuando me refiero a los zapatos viejitos me refiero a nuestros viejos hábitos y actitudes. Nos damos cuenta y sabemos que no estamos dependiendo de Dios, pero debido a que es lo que nos es conocido, seguimos adelante, muchas veces cojeando, haciendo decisiones equivocadas e involucrándonos en relaciones peligrosas para nuestra vida espiritual.

Cuando adoptamos actitudes independientes de Dios y dependientes de nuestro “yo”, es cuando fácilmente somos seducidas y tentadas a pecar. Nos levantamos una vez más y nos ponemos “los mismos” zapatos – seguimos con las mismas costumbres y hábitos, sin tomarnos el tiempo de considerar si estamos obedeciendo y dejándonos guiar por Dios. A veces, pareciera más fácil seguir con “lo viejo conocido”.

Atrévete a soltar el “viejo calzado” y empieza a confiar en el Señor, en que Él tiene planes de bien y no de mal para darte un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11). Para esto hay que atreverse a aprender una nueva y diferente forma de caminar.

Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad. Efesios 4:22-24 (NVI)

Este texto muestra claramente lo que significa aferrarse a la viejo conocido; aferrarse a los deseos engañosos. Es necesario ropaje nuevo, calzado nuevo para ser renovadas – para que nuestras actitudes, hábitos y pensamientos sean renovados.

Cuando empezamos a usar un calzado diferente – adoptando nuevas actitudes y hábitos, puede ser que los sintamos raros, como que nos rozan, pero si seguimos en ese caminar, pronto vemos que son los pasos correctos (nueva forma de actuar) para la nueva clase de vida que el Señor nos ha preparado.

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1 (RV95)

Pablo hace referencia a nuestras vidas como una carrera que tenemos por delante (Es interesante notar que para una carrera también debemos escoger cierto tipo de calzado adecuado ¿no?) Nuevamente, vemos la necesidad de despojarnos de todo lo que nos estorba, del pecado, de los viejos hábitos, de relaciones inadecuadas, etc.

Para concluir, quiero dejarte con tres preguntas que debes hacerte en este inicio de año, si deseas tomar las decisiones correctas para cambiar:

  1. ¿Qué es lo que hasta ahora estorba mis intentos de vivir en pureza?
  2. ¿Qué es lo que me ayuda o atrae para caer una y otra vez en el mismo hábito?
  3. ¿Qué cosas ya sé hace tiempo que debo abandonar, pero me resisto a dejar?

Si estás decidida a solicitar ayuda, envía de manera confidencial tu pedido en este enlace, para que una de nuestras mentoras te contacte.


    Comentarios

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.