Entrega de Cuentas: Esforzarme por ser creíble

Quiero compartir contigo dos características más de la personalidad de un hombre que rinde cuentas. Esto está basado en las notas que tomé en una enseñanza de nuestro pastor, Ricky Marroquín para nosotros los mentores, y he puesto acá la reflexión acerca de cómo yo mismo muestro o debo mostrar estos rasgos. Comparte en los comentarios tus reflexiones también.

Si no has leído la primera parte de estas notas, accede en este enlace.

3. Honestidad.

¿Sigo rompiendo mi falsa imagen, los disfraces que me había hecho para ocultar el pecado sexual? ¿Digo verdades a medias cuando entrego cuentas sobre mis luchas?

¿Cómo permito que otras personas formen la manera en la que soy honesto? ¿Permito que la opinión de otros me nutra? ¿Cuán consciente estoy que sólo Dios me acepta con todas mis verdades? ¿Cómo percibo que mis compañeros de responsabilidad han enfrentado las verdades que les he contado?

Ha sido vergonzoso dejar de fingir al entregar cuentas, pues antes omitía que no todas mis tentaciones eran heterosexuales, y que personas cercanas a mí me causaban tentación sexual. Me daba miedo que mi mente fuera un desastre, pero la confianza que mis amigos me han dado, ha puesto orden en mi mente, ha hecho estructura para definir poco a poco mis atracciones sexuales.

Tengo un compañero de responsabilidad que me conoce muy bien, y nota cuando estoy diciendo una verdad a medias, y yo expresamente le he dado permiso de que me confronte cuando eso pase. Él ha formado honestidad en mi vida, y a la vez ha sido muy sincero conmigo, contándome sus errores de su vida sexual como soltero. Creo que se arriesgó mucho al hacerlo, tomando en cuenta lo juzgón que yo puedo ser. Pero su ejemplo rompió muchos temores en mi interior acerca de decir la verdad, y su valentía para modelar lo que significa honestidad, me ha hecho a la vez ser honesto, decir las cosas como vienen a mi mente.

Sí, a veces permito que la opinión de otros me nutra, estoy aprendiendo a considerar eso como algo bueno. Durante casi toda mi vida he sido muy cruel y venenoso con la opinión que tengo de mí mismo. Recientmente he decidido escuchar la buena opinión que mis amigos tienen de mí, y de mi avance hacia la restauración. Constantemente luchaba en mi interior con el debate sobre “depender de la opinión de Dios y no la de mis amigos” pero creo que es más una excusa que yo mismo me pongo para autosabotearme y no reconocer humildemente que Dios ha hecho un cambio en mí, y que es tal vez una actitud orgullosa el no querer prestar atención a las palabras de ánimo de mis compañeros de responsabilidad, una actitud de “yo puedo solo”.

Lo reconozco, de una manera inconsciente pienso que Dios rechaza cierta parte de mi, que Él acepta sólo algunas verdades y otras no, a veces no quiero reconocer ante Dios que aún siento cierto daño del abuso sexual, o que ya he sido libre de muchas tentaciones, como si no pensar en ello hiciera esas verdades invisibles para Dios.

Sí, mis compañeros de responsabilidad me han aceptado, y con el tiempo he aprendido a decir la verdad, sin tener que ser brutalmente honesto, sin lastimar a quien me escucha con una confesión.

4. Credibilidad.

¿Concuerda lo que digo en entrega de cuentas con lo que pienso en secreto, y con mis acciones consecuentes? ¿Estoy construyéndome una reputación sexual y relacional basada en la verdad?

Lo que más me cuesta es ejecutar las decisiones con las que me he comprometido, decisiones de amputación radical, de eliminar fuentes de pecado. Pocas veces he dicho una cosa y en secreto he deseado o decidido no cumplirla, pero mis compañeros de responsabilidad lo han descubierto. Muchas veces ha sido por el temor de quedarme sin esos escapes que provee tener pecado sexual a la mano.

Ahora reconozco que debo construirme una reputación sexual y relacional basada en la verdad, sin querer agradar a nadie. Eso me ha hecho pensar que incluso lo que coloco en mi cuenta de facebook y twitter, o en mi blog personal, concuerda con lo que soy en privado, y con los principios que he aprendido en Libres en Cristo. A veces pienso lo mismo cuando estoy conversando con amigos que no son cristianos, si la reputación que estoy construyendo con ellos muestra lo mismo que cuando estoy con amigos cristianos, eso lo considero Entrega de Cuentas también; me he propuesto ser honesto con ambos grupos, y tener las mismas reacciones si pasa una mujer atractiva frente a nosotros, si estamos hablando de sexualidad, de nuestros noviazgos, de entretenimiento, etc.

No voy a fingir conocimiento o experiencias sexuales, o noviazgos que no he tenido, pero tampoco puedo mentir sobre mi pureza sexual. He notado que a veces titubeo cuando estoy en una conversación así con gente no cristiana, y que necesito rendir cuentas con mi compañero de responsabilidad sobre eso, semana a semana.


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