05- Lo Que El Mundo Le Hace Al Mundo

Saga: «Maldito Mundo»

«El que solamente respira, come, duerme y trabaja, ajeno a la conciencia… realmente no es un hombre.»

Thomas Merton

Una de las tantos cosas que hizo que despertara a esta realidad fue ir a casa de un amigo a orar por su madre. ¡Lo tenían todo! Pero ella se sentía que no había logrado nada, que se había perdido, que estaba en el mismo lugar donde empezó hace 30 años, y que nunca llegaron donde querían llegar. Que lo único que tenían era un carro del año ’77, una casa en un mal barrio, y los sueños de hace décadas. Hasta ese momento yo, joven y con muchas metas, pensaba igual que ella, y probablemente iba en la misma dirección. Ese momento me despertó. ¿Qué tiene de malo un carro del ’77 (si funciona)? Sus hijos están en salud, su matrimonio se ve estable, tienen un techo, nunca le falta en comida, pero se sentía frustrada. Termino de orar y hablar con ella, y salgo a mi carro donde inicio una lucha, preguntas, vainas raras. O sea, hasta ese momento para mi hubiese sido malo tener un carro del ’77, pero ahora me parecía que no había nada raro con eso. ¿No se si me entiendes? Eran muchas cosas mezcladas al mismo tiempo.

Llego a mi casa, y me espera otro amigo, tenía años que no nos veíamos, así que me alegré y me sorprendí al mismo tiempo en que lo veo. Joven, con dos o tres títulos, un buen trabajo, una increíble personalidad, recuerdo que todos queríamos ser sus amigos. Pero en su cara veo presión, desilusión, desesperación. Siente que todavía hay metas que le falta completar y que a sus casi 30 años (¡jejejeje!) ya era tiempo de tener su propio negocio, que este no es el lugar donde creía que estaría cuando hace 5 años pensaba de hoy. ¿Qué carajos ‘ta pasando? – me pregunté. Algo no anda bien. O yo soy un conformista o esta presión es no existente. O realmente es una presión que hemos decidido aceptar. Una presión de los medios, de las marcas, de los panzones en los cuadragésimos pisos de las famosas avenidas de las gigantes ciudades que dicen: «esta será la tendencia… vamos a hipnotizar los adolescentes para que convenzan a sus padres que esto es…». ¡Mierkina!

No fue fácil. Me sentía raro, porque yo… era… ¿parte de eso? Pero como un jodido Che Guevara viajando en motor por SurAmérica estaba viendo como una presión ideológica estaba afectando gente que apreciaba. ¿Cómo diantres respondo a eso? Soy cristiano, pero estoy inmerso en la misma ruta. Estoy en búsqueda de los mismos deseos que todo el mundo. ¿Cómo puedo responder al dolor que causan esos deseos? ¿De dónde vienen esos deseos?


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