17- Yo Creo En El Progreso

Saga: «Maldito Mundo»

«Aprende a hacer el bien. Busca la justicia. Ayuda al oprimido.» Isaías 1:17

La razón por la que el post anterior se llama «Falsas Ideas de Progreso» es porque hay (o deberían haber) «Buenas Ideas de Progreso», y esas buenas ideas de progreso necesitan desplazar las falsas. La base del «falso progreso» es la opresión, consiste en que yo me intereso solo por mi, la ayuda que ofrezco es solo porque hay retorno con intereses, y no me importa quienes son aplastados con el fin de que yo avance. En el falso progreso: «… aunque todos queremos que el pobre se haga rico, es contraproducente ayudarlos directamente, pues no son el elemento dinámico y productivo en la sociedad. La única intervención que se necesita es la que ayude a los ricos a hacerse más ricos.» (Zizek)

Yo creo en el desarrollo, pero el desarrollo que no aplasta. Un desarrollo que crea en la comunidad y que interdepende con el fin de desarrollar. En esa interdependencia no hay explotación, y las otras personas no son productos o simple «mano de obra». Obviamente unos tendrán más recursos que otros, y cada uno debe tener su propiedad. La realidad es que yo debo tener la facilidad de poder adquirir por mi propia labor lo que necesito tener, pero al adquirirlo no uso a otros a los que luego desecho. Lo vi ayer, en buena edad, de una buena vida, pero estresado y preocupado, había sido desplazado porque ya no era útil. «Nos ayudó a progresar, pero ya no nos sirve.» Todos sus sueños son mierda y ahora: al inodoro. Otros «progresaron» con su «granito de arena», pero sus sueños de progreso se fueron al carajo. Digo junto con otras voces: ¡Esto debe acabar! Pero no pasará al menos que algunos sacrifique(mos)n status, deseos de ser más grandes, más ricos y más famosos, que es donde empieza el gran dilema moral: «Si otros lo hacen, ¿por qué no yo?» Pero ese sacrificio es lo que nos hará sentir vivos, como en una cita de Martin Luther King, Jr. que Alexander Rodríguez puso en su blog:

«Puede que tengan 38 años de edad, como yo, y un día, una gran oportunidad se pone de pie delante de ustedes y les llama a representar algún gran principio, algún gran asunto, alguna gran causa. Y usted se rehusa a hacerlo porque tiene miedo.

Se rehusa a hacerlo porque quiere vivir más tiempo. Tiene miedo de que pueda perder su empleo, o tiene miedo de que será criticado o de que perderá su popularidad, o tiene miedo de que alguien lo apuñalará o le disparará o bombardeará su casa. Así que se rehusa a ponerse firme.

Pues, usted puede que continúe viviendo hasta que tenga noventa, pero está tan muerto a los 38 como a los noventa.

Y el cesar de la respiración en su vida es sólo el anuncio tardío de una muerte temprana de su espíritu.

Usted murió cuando se rehusó a defender lo correcto.

Usted murió cuando se rehusó a ponerse de pie por la verdad.

Usted murió cuando se rehusó a representar la justicia.»


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.