Reposo en Su Perdón

Cuando mis hijos eran menores, realizábamos reuniones familiares para discutir tareas, planes de verano
u otros asuntos familiares. Aunque mayormente eran reuniones para hacer planes, cuando yo «llamaba»
a las reuinones, mis hijos generalmente me miraban con gran preocupación y decían:
«¿Hicimos algo malo?».
Yo me asombraba de su reacción hasta que mi esposa me señaló que el tono de mi voz era muy serio cuando
 anunciaba las reuniones, y sonaba al que usaba cuando los disciplinaba.
Así que era natural que ellos respondieran de la manera en que lo hacían.
La actitud de mis hijos es similar a la de tantos creyentes cuando tienen que «tomar cosas en serio» con Dios. Vienen a El conscientes de una sola cosa: han fallado, han hecho algo malo y se olvidaron 
de pedir perdón a Dios.
Ellos saben todo lo concerniente a la muerte de sustitución de Cristo, pero se imaginan a Dios como un anciano enojado que sólo los tolera.
Yo he hablado con gente que aun hacen diferencia entre la actitud de Cristo hacia ellos y la actitud del Padre. Ellos ven a Cristo como el Amigo que está obrando para detener la ira de Dios el Padre. Entienden
la función de Cristo, como Uno que pagó por sus pecados, queriendo decir que El es el Unico que evita
que Dios les dé lo que merecen.
La suposición es que Dios desea darles lo que se merecen, a pesar de Cristo.
Tal vez usted nunca haya pensado de Dios exactamente así. ¿Pero cómo le ve cuando piensa acerca de su pecado? ¿Qué piensa cómo  será su expresión cuando viene a El con el mismo pecado viejo una y otra vez? ¿Qué piensa de su actitud hacia usted en vista de sus fracasos? ¿Qué le dicen sus emociones cuando
medita en estas preguntas?. Como la mayoría de los creyentes,
problablemente usted reconocería que Dios lo ama. Pero, ¿piensa que le agrada a El?.
¿O piensa que El lo tolera porque, después de todo, su Hijo murió por usted?.
Para mucha gente, éstas son preguntas muy difíciles. El término Padre no lleva consigo sentimientos de amor y aceptación, sino que evoca sentimientos de temor, miedo, dolor y desilusión.
He aconsejado a bastante gente para saber que los sentimientos asociados con un padre terrenal tienen el potencial de robarle la seguridad del perdón por el cual El Padre Celestial se sacrificó profundamente
para que ellos lo experimentaran.
Hemos visto suficiente evidencia bíblica para ilustrar que nuestro Padre Celestial desea tener comunión con cada uno de nosotros. El lo deseó cuando todavía éramos pecadores, aún separados por la deuda del pecado. Pablo escribe:
«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros»  (Romanos 5:8)
Hasta que todos los aspectos de este versículo lleguen bien hondo en nuestro ser emocional, nunca
estaremos libres de los sentimientos de condenación que acompañan al pecado.
La estrategia que asegura nuestro perdón fue idea de Dios; él la inició. El quiere que seamos suyos.
                                                                              «La Paz del Perdón» de
                                                                                 Charles Stanley


                                                                              


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