El santo llamamiento

Les aseguro que si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha.
El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.
Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me sirva. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará. «¡Siento en este momento una angustia terrible! ¿Y qué voya decir? ¿Diré: ‘Padre, líbrame de esta angustia’? ¡Pero precisamente para esto he venido!, Padre, glorifica tu nombre.» Entonces se oyó una voz del cielo, que decía: «Ya lo he glorificado, y lo voy a glorificar otra vez.»
Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo: -Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo,cargue con su cruz y sígame.
Pues si alguno se averguenza de mí y de mi mensaje delante de esta gente infiel y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y con los santos ángeles.


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