Por otro lado, en estos últimos años lo he vivido como una gran oportunidad para ser yo mismo y poderme sincerar con Dios. El hecho de que exista al menos una persona en todo el universo con quien poder ser total y auténticamente genuino y transparente me resulta de una gran liberación, tranquilidad y descanso.
Saber que Jesús me conoce y, a pesar de todo, me ama y acepta incondicionalmente, me invita a poder abrirme y ser vulnerable con Él con la seguridad que no me dañará, no me traicionará, no me abandonará, avergonzará o repudiará por ser como soy. Para las personas que aparecen narradas en este breve pasaje, el conocimiento que Jesús tenía de ellas les resultó nocivo, para mí resulta liberador.
El conocimiento que Jesús tiene de mi interior me libera.
Deja una respuesta