A un click de distancia…

«Este mandamiento que hoy te ordeno cumplir no es demasiado difícil para ti, ni se halla lejos. No está en el cielo, como para que digas ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá, para que lo escuchemos y lo cumplamos? Tampoco está al otro lado del mar, como para que digas ¿Quién cruzará el mar por nosotros, y nos lo traerá, para que lo escuchemos y lo cumplamos? A decir verdad, la palabra está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas» Deuteronomio 30:11-14


Hemos observado a través de este estudio del libro de deuteronomios que para el Señor es muy importante, es vital, es central, que seamos obedientes a su palabra, que cumplamos cada uno de sus mandamientos, que seamos fieles en su llamado a que nos santifiquemos, pero podemos preguntarnos ¿cuáles son estos mandamientos? ¿cómo saber si la decisión que voy a tomar agrada o desagrada a Dios? ¿cómo distingo el bien del mal? 


En este pasaje obtenemos la respuesta: mi palabra no está lejos, está cerca, no tienes que ir al fin del universo, no tienes que ir al cielo, no tienes que cruzar los mares, no necesitas que alguien la busque por ti, tu puedes conocer mi palabra, mis mandamientos, conocerme a mi… ¡que verdad tan maravillosa!


Pensemos un momento, el Rey de Reyes, el Señor de Señores, el Dios creador, el todopoderoso, el que hizo los cielos y la tierra, aquel cuyo trono se extiende en el universo, aquel para el cual somos como polvo, el que hizo el cosmos y todo lo que en él habita, el que es desde el principio, el eterno, el que no fue creado por nadie, ese Dios nos habla a través de su palabra ¡que verdad tan poderosa!


En el momento que estas palabras fueron dadas al pueblo hebreo  no existía la biblia tal cómo la conocemos, todas las historias y enseñanzas de Dios eran transmitidas de generación en generación de forma oral, aún así ellos no olvidaban la palabra, la tenian en su mente y en su corazón ¡que contraste con nosotros quienes, teniendo la biblia en todas las traducciones inimaginables, no tomamos tiempo para meditar en ella!


Por último podemos observar que el requisito para cumplir la palabra de Dios es tenerla en nuestras bocas y en nuestros corazones: de nada sirve hablar de ella si no nos sometemos a ella y de nada sirve guardarla con celo santo si no la transmitimos a aquellos que necesitan oírla.


No lo olvides, la palabra de Dios está cerca, y ahora que a través de la internet podemos incluso revisar versiones online, tenemos los mandamientos de Dios a un click de distancia, literalmente.


«A decir verdad, la palabra está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas» Deuteronomio 30:14


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