«Porque toda la congregación, todos ellos son santos» (Núm. 16: 3).
[Coré, Datan y Abirán] se quejaron, e influyeron en el pueblo para que se rebelara con ellos, y aun después que Dios extendió su mano y consumió a los malignos y el pueblo huyó a sus tiendas horrorizado, la rebelión de ellos no fue curada.
La profundidad de su deslealtad se puso de manifiesto aun bajo el castigo del Señor. La mañana después de la destrucción de Coré, Datan y Abirán y sus confabulados, el pueblo vino a Moisés y Aarón diciendo: «Habéis dado muerte al pueblo de Jehová». Por esta acusación falsa contra los siervos de Dios otros miles fueron muertos, porque había en ellos pecado, exultación y presuntuosa impiedad.
Este ejemplo planteado en la historia de los hijos de Israel, ¿tiene alguna importancia para nosotros? Aquellos que afirman creer la verdad, ¿serán movidos a juzgar según sus sentimientos humanos como lo hizo Israel? Cuando los siervos de Dios sean llamados a realizar la desagradable labor de corregir el error, aquellos a quienes el Señor no haya designado para desempeñar esta responsabilidad, no debieran interponerse entre el ofensor y Dios. Si usted no puede ver las cosas a la luz en la que se las ha presentado, no interfiera, antes bien permita que las saetas del Altísimo lleguen al destino hacia el cual fueron dirigidas…
La admonición y la reprensión pueden afectar a los individuos más de lo que ellos imaginan. Dios tiene su obra en sus manos y se harán declaraciones que probarán la fe y la lealtad del pueblo de Dios. Hay algunos que recibieron gran luz, que se alejaron de Dios, que en sus corazones son apóstatas…
Sin embargo, podemos regocijarnos en el hecho de que todavía no es demasiado tarde para corregir los errores. Jesús ha resucitado, es nuestro Salvador, nuestro Abogado en las cortes celestiales. «Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo». Tan pronto como el pecador reconoce sus pecados a la luz de la Palabra de Dios, se arrepiente y busca el perdón con contrición de espíritu y confiesa sus pecados, el Señor escucha y respond
Deja una respuesta