Adán y Eva fueron coetáneos, vivieron en el mismo periodo de la historia

Vaya, vaya … ¡así que Adán y Eva fueron coetáneos … !

Unos nuevos estudios genéticos confirman la existencia de un «Adán cromosómico-Y» y de una «Eva mitocondrial», pero, en contra de anteriores análisis, los ubican en el mismo marco cronológico.

 

Creación de Eva, Tapiz de La Creación, siglo XI – Museo Capitular de la Catedral de Girona. Cortesía de Kippelboy

Naturalmente, cuando las revistas científicas mencionan a Adán y a Eva, no están pensando en líneas bíblicas. Lo que quieren decir es que unas comparaciones genéticas les permiten inferencias acerca de los ancestros que llevan a unos individuos únicos como progenitores de todos los humanos vivientes actualmente. Con todo cuidado de distanciar sus pensamientos del Génesis, Ewen Callaway explica, escribiendo en NatureEl Adán y la Eva genéticos no vivieron muy alejados en el tiempo»):

El Libro de Génesis sitúa a Adán y Eva juntos en el Huerto del Edén, pero la versión de los genetistas de este dúo —los antecesores a los que se pueden remontar los cromosomas Y por una parte, y el ADN mitocondrial por la otra— los suponía separados en el tiempo por decenas de miles de años. Ahora, dos grandes estudios de los cromosomas Y de los humanos modernos sugieren que el «Adán cromosómico-Y» y la «Eva mitocondrial» pudieron haber vivido hacia alrededor del mismo tiempo, después de todo.

Cuando el tamaño global de la población no cambia (como probablemente sucedió durante largos períodos de la historia humana), los hombres tienen, como promedio, sólo un hijo. En este caso, la teoría de la evolución predice que para cada hombre determinado hay una alta probabilidad de que su línea paterna llegue a su fin en algún momento. Todos sus descendientes varones habrán entonces heredado cromosomas Y de otros hombres. De hecho, es sumamente probable que en algún punto del pasado, todos los hombres menos uno poseyeran cromosomas y que actualmente están extintos. Así, todos los hombres actualmente vivientes, tendrían un cromosoma Y procedente de aquel único hombre —identificado como el Adán cromosómico-Y. (La referencia bíblica es algo inapropiada debido a que este Adán no era en absoluto el único hombre vivo en su tiempo.)

De la misma manera, prosigue, la «Eva mitocondrial» puede ser remontada a una mujer. La novedad es que el Adán y la Eva genéticos fueron muy probablemente coetáneos, aunque los científicos seculares pretenden que es muy improbable que se llegasen a conocer. Según Tia Ghose en Live Science, «A pesar de su coincidencia en el tiempo, el antiguo “Adán» y la antigua “Eva” probablemente no vivieron cerca el uno del otro, y mucho menos se aparearían».

Los nuevos análisis se basan en comparaciones genéticas realizadas por Francalacci et al. sobre 1.204 varones sardos y por Poznik et al. que estudió genes extendidos en 110 km en 9 poblaciones distantes.

Nuestros resultados sugieren que, en contra de aseveraciones anteriores, los linajes masculinos no se unen de manera significativa más recientemente que los linajes femeninos.

Anteriores anuncios habían ubicado la Eva mitocondrial unas tres veces más alejada en el tiempo que al Adán cromosómico-Y.

Ambos artículos, publicados en Science, se tratan en un artículo de la sección Perspective por Rebecca McCann. Tanto Callaway como McCann reconocen que los resultados no son concluyentes. Son muchos los supuestos que entran en el análisis. Lo más que puede decirse es que «hay bien poca o ninguna disparidad con la edad de nuestro antecesor materno común», decía McCann. «… Una población que da origen a las porciones estrictamente materna y estrictamente paterna de nuestros genomas podría haber producido individuos que tuviesen un encuentro en el mismo espacio y tiempo».

El artículo de Callaway apunta a la clase de manipulación de datos necesaria para conseguir resultados. Pueden surgir incertidumbres de las muestras seleccionadas, de las estimaciones de los ritmos de mutación, de hasta qué punto estuviera extendida la poligamia, entre otras cosas. Sin embargo, resultaba algo apurado tener al Adán y la Eva genéticos tan alejados en el tiempo. Los nuevos artículos los aproximan mucho más. Los filósofos y los sociólogos de la ciencia pueden encontrar un punto de humor en un párrafo del artículo de Callaway:

Para la mayoría de los biólogos, el análisis de los SNPs [por las siglas inglesas de polimorfismos de nucleótidos simples, o mutaciones] proporciona sencillamente prueba de la subdivisión de una población en los patrones ramificados de nuestros antecesores hace mucho tiempo extintos, y esto puede inducir una sensación abrumadora de nuestras raíces geográficas que algunos encontrarán atrayente. Sin embargo, para aquellos científicos sociales que ponderen las consecuencias sociales de tales revelaciones que rodean la diversidad biológica en los humanos, podrá darse un rechazo instintivo ante los desacertados esfuerzos del pasado de usar la genética para justificar el racismo. En tanto que algunos han contemplado la base genética de la susceptibilidad a enfermedades en el contexto de migraciones de poblaciones humanas, hay siempre el peligro de confundir los efectos de una selección impulsada por el medio en comparación con la historia genética de la población en cuestión. De hecho, algunos investigadores han concluido que la clasificación de las razas humanas es un constructo social persistente y no una realidad biológica en absoluto.

Lo que es digno de mención acerca de estos artículos es el esfuerzo realizado para distanciar los resultados respecto del Génesis. Callaway se apresuraba a resaltar las diferencias entre la historia bíblica y la narrativa científica. Niega que el Adán y la Eva genéticos fuesen las únicas personas vivas en aquel tiempo. También observaba reacciones hostiles en la comunidad científica acerca de cualquier posible contacto con la historia bíblica en los resultados:

Sin embargo Hammer contempla la discrepancia entre la edad del Adán-Y y de la Eva mitocondrial como un una cuestión irrelevante, y a él, como a muchos otros genetistas de población, se le erizan los cabellos cuando se usan nombres bíblicos. Debido a la naturaleza aleatoria de la genealogía, dice, es improbable que dos linajes genéticos diferentes tengan antecesores comunes que vivieran en la misma población simultáneamente.

Bajo el subtítulo «Adam and Eve?», Tia Ghose se apresuraba también a distanciarse del Génesis:

Estas personas primitivas no son paralelos al Adán y Eva bíblicos. No fueron los primeros humanos modernos del planeta, sino más bien sólo los dos de entre miles de personas que vivían en aquel tiempo con descendencia masculina o femenina que continúan hasta el día de hoy.

Esta cita incluía un enlace a un reportaje anterior en Live Science que criticaba al Museo de la Creación basándose en reacciones de algunos visitantes que se sentían «incómodos» con la presentación de la historia bíblica.

Para quien le pueda interesar, Irak está construyendo un «Parque Nacional del Huerto del Edén» en su región de marismas meridional, según informaba New Scientist. En tanto que con toda seguridad los científicos de adscripción materialista negarán la existencia de tal lugar, los creacionistas bíblicos afirmarán que fue arrasado durante el Diluvio. En todo caso, es presuntuoso creer que se pudiera visitar tal lugar en la actualidad, con o sin un querubín empuñando una espada encendida para impedir la entrada al mismo (véase Génesis 3:24).

Digámoslo directamente: los científicos secularistas presentan una historia de los orígenes frente a la historia bíblica. Si el relato de Génesis es cierto, sería de esperar que los datos de la genética lo corroborasen. Estudios genéticos como el citado no pueden confirmar ni negar el relato de Génesis, sino sólo proporcionar datos que son más o menos «congruentes» con el mismo.

Sin embargo, los científicos secularistas no acuden a los datos de manera desprejuiciada. Sus conclusiones no proceden de unos datos sin procesado; tanto los métodos como las conclusiones llevan una pesada carga teórica. Los científicos secularistas acuden a los datos con visiones de millones de años de evolución desde unos antecesores simiescos; a esto se deben sus aseveraciones de que su imaginario Adán-Y y Eva cromosómica tuvieron que vivir hace más de cien mil años (para ajustarlos a la línea cronológica evolutiva). Debido a sus prejuicios antibíblicos (¿por qué otra razón se les iban a «erizar los cabellos»), de ninguna manera llegarán a concluir bien dispuestos que los datos dan apoyo a una pareja moderna reciente, que vivieron solos en un mundo recién creado. Pero, ¿acaso no es fascinante que los resultados son congruentes con unos Adán y Eva reales?

Para un análisis diferente no cargado de prejuicio prodarwinista, remitimos al lector a un artículo del Dr. Robert Carter, investigador en genética humana junto con el pionero de la ingeniería genética y ex profesor de la Universidad Cornell doctor John Sanford, Adán y Eva — ¿mito o realidad? (Para quien sepa inglés, le recomendamos una presentación en audio del mismo Dr. John Sanford.) Las palabras «Génesis» y «genética» proceden de la misma palabra raíz griega, que tiene que ver con orígenes. Entonces, ¿por qué no una genética genésica? «Genética evolutiva» es una contradicción lógica; a pesar de las variaciones, los genes están diseñados, no son producto de procesos sin dirección. Cuando uno se quita las gafas de color de Darwin y contempla los datos sin descartar Génesis ya de entrada, es asombrosa congruencia de los datos con el marco temporal bíblico y la historia documentada —y cómo realmente la narrativa evolucionista no se puede mantener en pie ante los datos de la genética.


Fuente: Creation·Evolution HeadlinesWell, Duh; Adam and Eve Were Contemporaries 8/08/2013

Redacción: David Coppedge © 2013 Creation-Evolution Headlines – http://crev.info/
Traducción y adaptación: Santiago Escuain, publicado en sedin-notas.blogspot.com.es

© SEDIN 2013 – www.sedin.org


Publicado por Santiago Escuain para <b>SEDIN – NOTAS y RESEÑAS</b> el 8/21/2013 12:13:00 p.m.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.