“Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre”. Salmo 86:12
Una cosa es alabar a Dios solo cuando se presenta la oportunidad,
y otra muy diferente es proponer en tu corazón alabar el nombre
de Dios por siempre.
Muchos hijos de Dios alabamos a Dios solo cuando todo nos ha
salido muy bien, solo cuando recibimos un milagro o cuando
recibimos una bendición muy grande. Pero proponer en tu corazón
alabarle siempre, teniendo la seguridad que él tiene todo bajo su
control, sabiendo que él quiere bendecirte en todo momento y en
todas las áreas de tu vida, ¡eso es algo muy diferente!.
David escribe en este salmo pidiendo que la misericordia de Dios
nunca se aparte de el. David llego a conocer a Dios de manera muy
profunda y escribió:
“En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me
respondes”. Salmo 86:7
David llego a tener tal dependencia de Dios que llego a confiar
en un grado tal que el sabia que todo era gracias a su
misericordia. Por su misericordia nos da de su gracia, por su
misericordia nos da de su justicia, por su misericordia el nos
ama. David convencido pudo escribir sus convicciones y la
decisión de alabar a Dios siempre.
“Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre”. Salmo 86:12
¡Adorar a Dios por convicción, es adorar en Espíritu y en Verdad!
¡Bendiciones!
Escrito por Abdiel Salas.
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