Álbum de expectativas

Te entrego mi álbum de expectativas. No estoy segura cómo se fue formando día tras día, mes tras mes, año tras año, pero está repleto de ideas sobre cómo debe ser un esposo, un hijo, una familia, una iglesia, un líder, un maestro, un vecino, una suegra, una amiga…

Se ha ido llenando de ideas sobre cosas que veo, que oigo, que vivo. Pero que anidan en el terreno de la imaginación más que en lo práctico. Películas, libros, cosas que altero de la realidad porque lucen mejor en los cuentos.

Pero este álbum me está lastimando y te lastima a ti. Porque mis expectativas no son ni buenas ni malas, son simplemente irreales. Porque tú eres único, diferente, impredecible, y eso te da vida. No eres el príncipe azul, ni el niño modelo, ni la familia de los 50s, ni la iglesia Neotestamentaria, ni un líder como Pablo, ni un maestro perfecto, ni un vecino ejemplar, ni una suegra a mi manera, ni una amiga que a todo diga que sí…

Por eso, ten el álbum de mis expectativas. Quémalo. Así estará mejor. Y como una sola idea, entrégame también tu álbum de expectativas. Las que te dicen cómo debe ser una esposa, una madre, una amiga, una hija…

Quizá cuando nuestros álbumes sean cenizas, empezaremos a disfrutar la vida.


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