*** Amistad ***


Amistad

PROVERBIOS 17. 17
EN TODO TIEMPO AMA EL AMIGO, Y ES COMO UN HERMANO EN
TIEMPO DE ANGUSTIA
Los dos tipos de Amistad.

Desde el punto de vista Cristiano a simple vista puede parecer que por el hecho

de ser Cristiano ya se es amigo, pues nos unen intereses comunes, y si además,
tenemos en cuenta que nos une un vinculo indestructible, como es la Preciosa
Sangre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo,
El Cristiano. O de Cristo

Como Cristianos que somos debemos apoyarnos y basarnos en la escritura

para buscar y encontrar respuestas a aquellas dudas que surgen en nuestras vidas,
y a eso voy, en la Biblia Jesús nos dice exaltando el valor de la amistad
5.Que dice la Biblia?
Jn 15:12-15
Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado.
Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor:
mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre,
os he hecho notorias.

Analizando un poco estos versículos y teniendo en cuenta la vida y obra de Nuestro Salvador y Señor Jesucristo,

podemos afirmar dos cosas Primero, la amistad
es un acto o proyección unidireccional y unilateral basado en el amor totalmente
desinteresado y sin condicionantes ni esperar nada a cambio.
Segundo es un acto de dentro afuera, desde lo profundo del corazón.
El que es interesado, egoista, etc……
marcado mayoritaria y generalmente por el egoísmo el interés y la conveniencia,
lastimosamente este es el que vemos a diario, no sabemos ni siquiera cuando
es amistad o cuando es otra cosa……….
¿Cómo vivir la amistad para que vaya siendo cada vez más verdadera?

Algunos tips para fortalezer una verdadera amistad.

1. No forzar: La amistad no se puede imponer.
No podemos forzar a nadie a ser amigo nuestro, ni tampoco nadie puede
forzarnos a ser amigo de nadie. La amistad o es libre o no es amistad.
Los amigos, además, han de ayudarse mutuamente para hacer crecer la amistad del otro.
Que cada día se necesiten menos en todo aquello que no sea la pura amistad.
Así irán viviendo cada vez más la dimensión de gratuidad por la sola amistad.
No se pueden crear dependencias fuera de la mera amistad ni facilitarlas.
Eso no quiere decir que en virtud, precisamente, de esta amistad benevolente,
nada egoísta, uno no esté dispuesto a hacer por el amigo cualquier sacrificio
y ayuda.

2. No engañar: No puedo disimular, haciendo creer al otro que soy distinto de lo

que soy, para que el otro me ame.
Lograría, así que el otro fuera amigo de lo que yo aparento ser, pero que no existe.
Tampoco he de idealizar al amigo, enaltecerlo, en el fondo, por propio orgullo
al poder decir: esa persona tan excelente ¡es amiga mía! Pudiera ser que si lo miro
tal cual es, me parezca que no lo voy a amar y entonces lo hago más grande,
lo adorno con virtudes que no tiene y así, ahora sí, creo que es digno de que
yo le ame.
De ahí vienen muchas rupturas en las amistades cuando llegan a contemplar
al amigo tal cual es.

3. No ilusionar vanamente: Ilusionar es engañar simulando por mi parte una

disposición a la amistad que en realidad no tengo.
Es dejar creer al otro que voy siendo amigo suyo, sabiendo que no es así.
Saber que le estoy engañando respecto a mis disposiciones y no sacarle del engaño.
O hacerle soñar y desear cosas que uno sabe que, en realidad, no puede ofrecer.
4. No ser egoísta: La persona egoísta somete la amistad a su propio bien.
No puedo ser amigo de otro teniendo como objetivo primario mi bien,
buscando casi sólo mi propio provecho.
He de buscar principalmente el bien de mis amigos, desear hacerles felices.
5. No comprometer: O sea, poner en peligro de cualquier índole al amigo,
precisamente por nuestra amistad en sí.
No podemos divulgar la amistad que tenemos con alguien si por alguna razón
ello le compromete o perjudica.
6. No ironizar: La ironía es hacer una broma punzante del otro;
es dejarlo en mal lugar, es hacerle un poco de sangre.
No se ha de ironizar a nadie pero mucho menos a los amigos.
¿Por qué? Por dos razones: porque para ello se utilizan, a menudo,
conocimientos y datos que son de la intimidad de la amistad, y además
porque me aprovecho del amigo dado que él, por el bien de la amistad,
quizá no responda del mismo modo.

7. No prostituir: No hemos de utilizar la amistad para otros fines.

He de amar al amigo por lo que es, no por lo que puede dar, ni por el beneficio
que puedo sacar, ni por el prestigio que pueda obtener al ser amigo suyo.
No se puede buscar la amistad como medio para otras cosas.
La amistad debe ser término en sí misma.
No pretender conquistar la amistad con bienes materiales,
sin darnos verdaderamente.
8. No cazar ni dejarse cazar: La amistad nos hace libres, no puede esclavizar.
Se es amigo porque se quiere y se sigue siendo amigo porque se sigue queriendo.
La amistad no debe atar.
Hay gente que tiene miedo de que el amigo se le vaya y va tejiendo una sutil tela de araña
hasta que lo enreda y lo tiene preso dentro.
Por otro lado, hay personas que tienen un cierto miedo a ir por la vida,
y se hacen vasallos de alguien más fuerte.
Entonces, dentro de esa voluntaria red, se sienten felices pero están cazados
para toda la vida.
La amistad es una entrega, pero una entrega que, a la vez, te hace ir siendo
más libre, no te ata sino que te ayuda a desatarte de toda trampa.
Antes hablábamos de no forzar.
En esta característica de la amistad que ahora tratamos, el amigo
no es de mi propiedad. No hemos de tratar de poseer personas, nunca.
9. No mandar ni dejarse mandar: Donde hay mando, es que hay autoridad-obediencia,
eso mata la amistad. Mientras haya jerarquía (p.e. padres-hijos, empresarios-obreros, etc.)
no puede haber verdadera amistad.
En ésta, ha de haber libertad, nada de coacción, nada de dependencia o de obligación.
Es propio del amigo no mandar sino pedir, solicitar, proponer.
Y viceversa, no obedecer sino acoger, ser delicadamente dócil, pero libremente,
no como un esclavo sino como un ser humano libre.
10. Amar y dejarse amar: Es mutuo por parte de todos los seres amigos, el amor.
Si de estos sentimientos, yo soy el que quiere dar agua pero como si nunca necesitara
de ella, no pido que me quieran, incluso no me dejo querer, la amistad, así, se va
desequilibrando.
Dejarse querer es una tremenda humildad.
Nos cuesta porque para ello tenemos que reconocer que somos limitados
y que también necesitamos que nos amen, que nos cuiden, que se ocupen de nosotros.
Tan importante es amar como dejarse amar.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.