Balance del año que pasó

Cuando Moisés escribió “enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12), indudablemente sabía lo que estaba pidiendo. Aproximadamente cuarenta años en la casa de Faraón, otros cuarenta años en el desierto y finalmente cuarenta años caminando con Dios. ¿Por qué tanta espera, tantos recovecos en el camino? ¿Fueron años inútiles? A simple vista pareciera que sí, pero acaso, ¿No estuvo Dios en el asunto? ¿No fue Dios que lo guardó desde su nacimiento y lo alojó en la casa del que quiso matarlo? También lo acompañó en el desierto. Pensar que Dios está sólo cuando se manifiesta, es tener un conocimiento muy elemental, casi pueril de Él.
¡Enséñanos a contar nuestros días!
Definitivamente para esto es el calendario. Para contabilizar la vida, para repasar detalladamente sus diversas etapas. Ahora bien, una cosa es contar y otra es sopesar, porque “vida” tiene tres acepciones en el griego: Bios, Psyche, Zoe. De esta manera ellos diferenciaban la vida del cuerpo o la materia, del alma y del espíritu, respectivamente.
Cuando hacemos el balance de la vida en un año, ¿Consideramos estos tres niveles? Es probable que sea un muy buen año para el espíritu y no tan bueno para los sentimientos o viceversa. Si analizamos la vida de Moisés, están bien marcadas estas etapas. No hay días perdidos cuando estamos en el plan de Dios. Él se lo hizo notar a Elías, le demostró que no estaba en el huracán, o en el terremoto o en los grandes eventos, sino en una suave brisa. No hay día que no sople esa brisa y mueva los árboles. El significado es que Dios está siempre y en las pequeñas grandes cosas de nuestra vida.
Por último, balance viene de balanza, lo positivo va a un extremo y lo negativo a otro. Sólo queda observar hacia dónde se inclina y ese es el resultado. Lo bueno para nosotros es que todo nos ayuda a bien, cuando amamos a Dios (Rom. 8:28), por lo tanto siempre nos da POSITIVO.
¡Te deseo un 2011 bendecido y próspero! “Deseo que prosperes en todo y que tengas salud, así como prospera tu alma” tercera carta de Juan, verso 2.
Ah!……… Si por esas cosas este año te toca andar por el desierto, no lo desestimes, ¡Es el único lugar donde aparecen zarzas encendidas! Los milagros de Dios jamás vistos, ocurrieron cuando Israel estuvo en el desierto.

Dios te bendiga.


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