Calidad en la producción…

La vida productiva de la sociedad se ha planteado desde hace mucho el conseguir una alta producción con la menor inversión. Con mayor auge durante la revolución industrial, el tema no era nada nuevo. Ya el Código de Hammurabi (1752 a. C.), declaraba: “Si un albañil construye una casa para un hombre, y su trabajo no es fuerte y la casa se derrumba matando a su dueño, el albañil será condenado a muerte”. Te imaginas como se esmeraban los constructores…. Alrededor del año 1450 a. C., los inspectores egipcios comprobaban las medidas de los bloques de piedra con un pedazo de cordel. Los mayas también usaron este método. La mayoría de las civilizaciones antiguas daban gran importancia a la equidad en los negocios y cómo resolver las quejas, aún cuando esto implicara condenar al responsable a la muerte, la tortura o la mutilación.

Como verás esta preocupación ha permanecido en el tiempo, la revolución industrial también enfatizó una separación entre la vida familiar y el trabajo. Benjamín Franklin dijo: “el tiempo es oro” lo cual ilustra el espíritu de la época. Actualmente existen miles de estudios de productividad, pero también severos señalamientos en la calidad. En ese contexto y para ponerse de acuerdo aparecen las Normas ISO (Organización Internacional para la Estandarización) proviene del griego “isos” que significa “igual”. Existe un proceso mediante el cual se “certifica” la norma para una determinada empresa, es decir si has visto que alguna empresa dice cumplir las ISO 9001 quiere decir que esa empresa ha pasado y se mantiene bajo un estándar de calidad que exige la norma, así la empresa mejora todos sus procesos y es identificada en el mercado internacional para un potencial negocio.

Sabes, la vida cristiana también tiene enfoque en la productividad y la calidad descritos en nuestro manual: la biblia. Mira algunos planteamientos:

1- Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto,  porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5

2- En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos. Juan 15:8.

3- Y otras semillas cayeron en buena tierra, y creciendo y desarrollándose, dieron fruto, y produjeron unas a treinta, otras a sesenta y otras a ciento por uno. Mr. 4:8

4-  Nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; cuando nos ultrajan, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos. 1Cor. 4:12

5- El que roba, no robe más, sino más bien que trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que tiene necesidad. Efesios 4:28

6- Ahora pues, así dice el Señor de los ejércitos: Considerad bien vuestros caminos. Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no hay suficiente para que os saciéis; bebéis, pero no hay suficiente para que os embriaguéis; os vestís, pero nadie se calienta; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota. Hageo 1:5-6

7- Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues Él da a su amado aun mientras duerme. Salmo 127:2

8- “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.” 1 Corintios 3:12-14

9-  Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro. Gál. 6:4

10 – Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad. 2 Tim. 2:15

 La lista continúa, pero la idea principal es que tu producción sea aprobada por el Jefe (y créeme que sucecederá por fuego…) y sólo lo será si lo edificaste bajo la norma de Dios, su fundamento: Jesucristo.

La biblia nos manda a tener  “cuidado”  de cómo edificamos. Si lo hacemos bajo nuestras propias normas, ideas, intenciones, orgullo, vanagloria, etc. , podríamos encontrar problemas con la norma de Dios y no tendría sentido nuestro esfuerzo.  Te propongo entrar en el proceso de certificación del Padre, primero aceptando/recibiendo su norma (Jesucristo) y luego permitiendo que el Espíritu Santo nos guíe . Mira lo que sucedió con Bezaleel y Aholiab:

Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa.
Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.

¿Te animas?

Vamos inscríbete en el proceso…

Bendiciones.


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