Un pastor estaba exhortando a los hermanos, y les dijo, “Hermanos, yo sé que hay un hermano aquí que todos los días ve el Chapulín Colorado, y yo sé quien es. Así que le voy a pedir a ese hermano que se ponga de pie o lo voy a
nombrar.” Muy apenada, se paró una hermana y dijo, “Sí hermano, soy yo.” El pastor exclamó, “Lo sospeché desde un principio.”
El Vaquero Y El Pastor
El pastor y victoria
En una iglesia cristiana se congregaban unos jóvenes que eran bien carnales, y también ahí mismo se congregaba una mujer muy hermosa que se vestía un poco extravagante. Su nombre era “Victoria”. El pastor al terminar el sermón preguntó: ¿Cuántos quieren la victoria? los jóvenes al escuchar tal pregunta saltaron de sus sillas gritando: ¡Yo!, ¡Yo!, ¡Yo!
Una vez una pareja invitaron a un Pastor a quedarse en su casa mientras duraba la campaña en su iglesia. Una noche, mientras la mamá preparaba pollo para la cena, el niño menor empezó a pedir pollo, diciendo “Yo quiero mi pollo.” “Todavía no está,” le respondían, pero el niño seguía insistiendo cada cinco minutos. El papá, cansado de la actitud del niño, se quitó el cinturón y mientras lo castigaba le decía, “¡TENGA SU POLLO! ¡TENGA SU POLLO!” El evangelista se levantó para irse a dormir, pero los hermanos le dijeron, “Hermano, no se acueste todavía, ya le vamos a dar su pollo.” Pensando que le iban a dar del mismo pollo que le dieron al niño, el evangelista respondió, “No gracias, no tengo hambre.
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