• No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. – Levítico 19:18.
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo. – Lucas 10:36-37.
» Escuchelo aquí… en su dispositivo Móvil [iPod, iPhone, iPad, Androide ó Celular]
Amar a su prójimo como a sí mismo. Esto es lo que Dios nos pide a cada uno. Pero como casi siempre buscamos excusas, respondemos: ¡Es imposible! Sí, es imposible para el que no conoce el amor divino y permanece centrado en sí mismo. Pero Jesús se acercó a nosotros para ser nuestro prójimo y amarnos más que a sí mismo. Dio su vida para curarnos de esta terrible enfermedad del pecado y darnos una nueva naturaleza capaz de amar como él.
Cuando Jesús se convirtió en nuestro Salvador y Señor, puso en nuestro corazón un amor desinteresado y sincero por los que nos rodean. Deseamos compartir sus alegrías y tristezas, hablarles sobre lo que Jesús significa para nosotros. Él hace florecer lo que sólo era una tierra árida, llena de espinos y zarzas. Donde reinaban la discordia y la culpabilidad, la paz y el amor verdaderos pueden cambiarlo todo.
¿Cómo amar verdaderamente a su prójimo? No nos desanimemos, estemos listos para servir a quienes nos rodean. Continuamente el Señor nos presentará ocasiones para acercarnos a los demás y darles lo mejor que tenemos, es decir, el amor de Dios derramado en nuestros corazones (Romanos 5:5). Ser el prójimo de otro significa: «primero él y luego yo».
¿Estoy lleno del amor de Jesús? Éste me conduce indefectiblemente hacia los demás, sabiendo que Jesús, el Hijo de Dios, me amó y se dio a sí mismo por mí (Gálatas 2:20).
Síganos en Twitter: @Prtzdvd — @Bibliamas — @Oradsincesar
Deja una respuesta