En la presente guerra cultural entre la enseñanza de la ciencia empírica y la de la evolución, la obra de Bob Johnson “Cómo sembrar el Ateísmo” provee una perspectiva con discernimiento poco común. Al hacer un análisis del tratado evolucionista –“Ciencia, evolución y creacionismo”—publicado por la Academia Nacional de Ciencia (NAS), Johnson identifica el robo de la ciencia verdadera por sus intentos de censurar otras opciones válidas en ciencia.
Además, y usando sus propias declaraciones, la NAS demuestra que el gran “proceso” de la evolución– la selección natural—no es más que una forma de expresión. A continuación muestra los intentos de la NAS de capturar al lector ingenuo por medio de escasa evidencia empírica, pero usando al mismo tiempo atosigamiento intelectual de tinte secular y religioso. De hecho deja en evidencia a la NAS con una larga lista de afirmaciones donde reconocen que los evolucionistas creen en la evolución.
Hasta aquí la reseña.
Y yo añado que los evolucionistas creen en su teoría por fe, pues las evidencias brillan por su ausencia. Lo que venimos diciendo y que se va corroborando por varias fuentes es: La teoría de la evolución es una fe. Los darwinistas serios siempre lo han sabido, pues Sir Julian Huxley, considerado por algunos como el principal arquitecto del Neo-darwinismo, llamó a la evolución “religión sin revelación”.
En 1964, Sir Julian Huxley (foto de arriba)escribió, “la evolución es la más poderosa y comprensiva idea que se haya conocido en el planeta tierra”.
¿Idea? ¿No nos dicen que es ciencia empírica sobre el origen de la vida?
Después en el mismo libro incita con pasión a que cambiemos “nuestro patrón de pensamiento religioso de uno que tiene como centro a Dios a otro centrado en la evolución,” llegando a decir que “la hipótesis de Dios. . . se está convirtiendo en una carga intelectual y moral en nuestro pensamiento”. Por tanto concluyó que “debemos construir algo que lo reemplace”.
En el capítulo 6 del libro “Cómo sembrar el ateísmo”, vemos como la jerarquía de la NAS, con el propósito de avanzar y “probar” su ateísmo, ha levantado una cerrada, sacrosanta, y falsa filosofía de la ciencia que elimina por completo la hipótesis de Dios, junto con cualquier posibilidad de que se vuelva a presentar de nuevo.
Los ateos necesitan una ciencia atea, y eso es exactamente lo que el darwinismo les ofrece. El evolucionista de la Universidad de Cornell, Will Provine ha reconocido esta inferencia obvia.
Como los creacionistas afirman, la creencia en la evolución moderna hace ateos a la gente. Uno puede tener un punto de vista religioso compatible con la evolución solo si el punto de vista religioso no se distingue del ateísmo.
Ahí lo tienen, hermanos. Debemos estar alertas e informados sobre estos temas, no porque ello vaya a hacer una diferencia en la propagación del Evangelio, sino para preparar a nuestros hijos cuando le quieran pasar gato por libre en los institutos y universidades. Ellos deben saber defenderse y defender su fe, y que esos centros de enseñanza están llenos de ateos.
Para los que siguen ciertos blogs ateos, (ya saben quienes son) les quiero anunciar que me acaban de censurar permanentemente del último, ya que he dejado esta misma información allí la cual delata las motivaciones de los líderes de este filosofía y que es muy peligrosa para su causa. Aunque se quieran proteger diciendo que van a poner todos los comentarios en moderación a partir de ahora, la verdad es que no quieren que siga participando allí. Me han censurado el último comentario.
Fuente: “Sowing Atheism” por Robert Bowie Johnson Jr.
Huxley, Religion Without Revelation (1957).
Reseña: Don McLeroy, Chair, Texas State Board of Education
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