Siria.- En Wadi al-Nassara, un valle del oeste de Siria con una gran cantidad de pueblos cristianos pide al ejército del presidente Bashar al Asad que los proteja de la amenaza yihadista.
En Marmarita, otro un famoso pueblo de veraneo, los retratos de los “mártires” están pegados en las paredes de piedra y los lazos de seda blanca decoran las calles en señal de duelo.
En oposición al régimen actual mandatario, los yihadistas atacaron esta aldea cristiana dejando a cinco muertos.
El ataque ocurrió el 15 de agosto y hasta el día de hoy, las familias y vecinos de las víctimas están a la espera de ayuda judicial con el temor de ser atacados nuevamente.
Marta Saade, hermana de Jacques Saade, dijo su hermano murió durante en el ataque, por lo que Marta está solicitando ayuda del gobierno. “Queremos que el ejército pueda ayudarnos a protegernos”.
Isa Saade, madre de la joven, dice que su hijo se convirtió en un mártir en esta disputa política que ha durado más de dos años. “Jacques nos defendía contra los que querían hacernos mal”, dice la mujer quien tiene colgado en el salón de su casa una imagen gigante de su hijo vestido con uniforme militar.
“Mi hijo murió como un mártir”, sentencia. “Que el Estado gane y que Dios guarde a Bashar”, implora Isa.
Saade dice que nunca abandonará su pueblo, objeto de los ataques de los opositores al régimen.
“Pedimos al Estado que despliegue al ejército para protegernos de los hombres armados que asesinan a nuestros jóvenes y a nuestros niños”, dice esta mujer de 40 años, vestida de negro.
Pero para estos cristianos, el principal enemigo son los yihadistas, especialmente el grupo sunita extremista Al Nosra que se alió con los rebeldes.
“Vinieron, cortaron las carreteras, es el Frente Al Nosra, son terroríficos”, afirma la madre de Sumer Yazigi, que también murió el 15 de agosto.
Muchos cristianos, una comunidad que representa al 5% de la población siria, apoyan al régimen de Bashar al Asad ya que temen a los yihadistas y al peso que tienen en la rebelión.
Fuente: AFP
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