Cuando las cosas no van bien…

Muchas de las sutilezas de la vida encuentran su contraparte en el dolor, en las tensiones, en la dificultades; perfilando situaciones que no te agradan. Muchos hemos trastornado nuestra vida por reacciones erróneas a éstas tensiones. Pienso que cada situación tiene una raíz y con frecuencia nuestro Señor toma las angustias para mostrarnos las deficiencias en nuestra espiritualidad, buscando que hagamos correcciones.

¡Ahhh la vida! Toda una escuela para los que hemos decidido seguir a Jesús. ¿Si no tuviéramos problemas cómo pondríamos a prueba nuestro carácter cristiano? Meridianamente encuentro que muchas de nuestras dificultades tienen base en el orgullo. Romanos dice 12:13 dice: “Nadie tenga más alto concepto de sí que el que deba tener”. ¿has estado al borde de la muerte? Yo sí, y te aseguro que estando allí estas cositas suelen desaparecer… ¿porqué será…?

Te invito, si estás pasando por situaciones difíciles, recordar que el viejo hombre cargado de vicios “murió” en la cruz de Cristo y lo que vives ahora, lo vives en la fe del Hijo de Dios. Nadie te puede mover del amor que Cristo te profesa, así que será oportuno encontrar la tranquilidad pues estás en su manos. La enfermedad, la situación legal, la dificultad financiera, el desacuerdo; en fin “todo” pasará … Cristo siempre estará allí. Relájate, en la enfermedad ponte en las manos de Jesús en oración y a través de un buen médico, en otras situaciones busca consejo de: Un buen amigo, un buen cristiano  y de alguien que a quien admiras. Luego ora mucho, pide perdón si es necesario,  haz lo que tengas que hacer y confía plenamente en lo que Él hará.

Bendiciones.


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