Sería más fácil cuidarlos. Cuidar es guardar y proteger; implica mirar por la salud o el bienestar de otro. Eso hacen algunas niñeras. Eso pasa en una guardería. Cambio de pañal, higiene diaria, alimentación balanceada.
Pero Dios me pide algo más respecto a ustedes. Desea que los críe. Y eso es más complicado. Criar, dice el diccionario, es nutrir y educar. Implica la palabra desarrollo, y el concepto de un desarrollo integral.
Criar, en términos bíblicos, es proveer al lado de nutrir. Esta provisión y esta nutrición van de la mano con el amor. Los debo criar en disciplina, aunque esta palabra no les guste. Pero no se trata solo de regañarlos. Diría que es una parte mínima del pastel. La disciplina incluye instrucción, capacitación, entrenamiento.
En los términos en que hoy estamos comprende la repetición, como cuando un violinista empieza a ensayar una pieza y la toca vez tras vez. Quizá parezca disco rayado con el «no gritamos», «no pegamos», «hora del baño», «acábate la sopa», pero de eso se trata, de lograr que hagamos las cosas con facilidad, como cuando el violinista se para delante del público y ejecuta la obra maestra. Tanta repetición le ha dado la habilidad de hacerlo parecer sencillo.
Además, debo criarlos en amonestación, es decir, en enseñanza. Esto conlleva las advertencias, aquello que yo, como su madre, veo por mi experiencia y advierto el peligro. Pero la Biblia me recuerda en Efesios 6:4 que debo hacerlo con amor, con suavidad, con ternura, para no provocarlos a ira.
A final de cuentas todo es del Señor, por el Señor y para el Señor. ¿Esto que significa? Que sin él no puedo. Sinceramente, es menos complicado «cuidar». «Criar» necesita más esfuerzo, más sudor, más tiempo. Pero Dios me ha considerado digna y capaz de criarlos. ¿Saben qué? No le voy a quedar mal. Así que mis dos pequeños, ahí voy otra vez. (Aún cuando el cansancio me quiera vencer).
Deja una respuesta