De chófer de Arafat a misionero cristiano en la franja de Gaza

JERUSALEM

Tass Saada era un fiel musulmán alistado en las filas de Fatah, donde llegó a ejercer de francotirador y de chófer del conocido líder Yassir Arafat. Años despues de emigrar a Estados Unidos, conoció el evangelio y se involucró de lleno en labores humanitarias en las zonas más conflictivas de Israel. El libro que cuenta su historia, «Un antiguo hombre de Arafat», se ha convertido en un auténtico Best Seller.

Tass Saada se unió al Fatah cuando tenía sólo 17 años «porque Arafat era mi héroe», confiesa. Esto sucedió tras la Guerra de los Seis Días en 1967. «Solía sentarme frente a Arafat y me quedaba mirándolo. El era un líder muy carismático», comenta.

El palestino creía que los judíos habían robado su tierra y estaba determinado a ayudar a destruirlos. «Nuestro entrenamiento era especializado en tácticas intensivas. Nos llamábamos guerrilleros o comandos». Saada se convirtió en un francotirador cuyo sobrenombre era «carnicero». Su trabajo era disparar al comandante de la unidad enemiga. Además de este sangriento trabajo, Saada también intentó asesinar al príncipe de Jordania.

Pero su trabajo más prestigioso fue ser chófer personal de Yasser Arafat. «Todos sabían que yo era un conductor temerario, así que cuando era necesario trasladar a Arafat de un lugar a otro en Jordania rápidamente, me llamaban para hacerlo».

EL EVANGELIO CAMBIÓ SU VIDA
Después Saada viajó a Estados Unidos para estudiar. Entonces ya se había alejado de la Yihad o Guerra Santa, pero confiesa que aún «odiaba a los judíos». Se convirtió en el gerente de un restaurante, se casó con una mujer americana y tuvo dos hijos. Pero su vida cambiaría cuando un amigo le habló de Jesús.

«El colocó una Biblia en medio de los dos y yo me asusté y me alejé de la Biblia. Yo le expliqué que no podía tocar eso, que tiene escrito el nombre de Dios y las palabras de Dios». Saada confiesa que no sabe «por qué dije eso, pues los musulmanes no creen que la Biblia sea válida como palabra de Dios». Pero el amigo aprovechó la oportunidad para explicarle el mensaje del evangelio.

Un mensaje que Saada aceptó y que le llevó a enfrentar otra encrucijada. Su amigo le explicó que «para tener paz, debía amar a los judíos». «Yo me quedé frío», reflexiona Saada, «él sabía cuánto odiaba yo a los judíos». Pero Saada dejó pasar ese odio y comenzó a ver a Israel de una forma diferente. Su libro, «Un antiguo hombre de Arafat» narra su transformación.

Tass Saada es hoy un ex musulmán, y el fundador de Esperanza a Ismael, una organización sin fines de lucro cuya misión es reconciliar a los árabes y los judíos. Establecida en la Franja Occidental y en Gaza, ayuda a proveer para las necesidades de los palestinos.

Saada mira al futuro con esperanza, teniendo en cuenta que «los musulmanes se están volviendo a Cristo» en grandes números. «Millones de musulmanes en todo el mundo, especialmente en Arabia Saudita, en Qatar, en todas las 12 naciones de Ismael, hay muchas conversiones», resaltó.


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