Desde niña soñaba en elaborar tarjetas o detalles con mensajes especiales que la gente quisiera comprar para bendecir a sus familiares y seres queridos, pero debo confesar que era pésima para las manualidades, torpe, rígida, poco creativa y demasiado básica para crear algo que pudiera impactar. Sin embargo permanecía dentro de mí el deseo de ver aquellas tarjetas, de pensarlas, de hacerlas y que a la gente les gustara. Pasaron los años y quizás por falta de tiempo y de capital o temor al fracaso tal vez, escondí ese deseo en la gaveta de mis imposibles.
Aprendimos que Dios siempre tiene para cada uno de sus hijos algo diferente y especial donde demostrar que no hay nada imposible para El.
Por más ilógico que te parezca su llamado, por más escasa que te parezca la visión, el poder de Dios no se manifiesta en la maravilla de un sueño, sino en la seguridad del que sueña. El usa cosas pequeñas para mostrar su grandeza, detalles ordinarios para hacerlos extraordinarios y usa personas débiles para mostrar a través de ellas su fuerza y su poder. Tan es así que usó una vara con un tartamudo, una quijada de asno con un carnal, cinco piedras lisas con un niño, cinco panes y dos pescados con una multitud. ¿Qué va a usar El contigo, con qué mostrará Su poder a través de ti? El llamado de Dios para tu vida no depende de los recursos que tengas o de las capacidades y conocimientos que poseas, cuando Dios te llama lo hace porque ha visto la disposición de tu corazón, pese a tus carencias y tus fallas. Por eso no te preocupes por lo que falte o por lo que aún no sepas, encárgate tú de tu parte, El será fiel en cumplir la suya. Toma lo que tienes, aprópiate de la palabra que Dios te ha dado y hazlo. Tengo razones suficientes para invitarte a que te atrevas a vivir el milagro de ver el poder del Señor en ti día tras día en lo que haces, en lo que dices, en lo que vences y en lo que logras conquistar.
Vivo cada día con la expectativa de lo que Dios hará hoy, yo pensaba en tarjetas y detalles, pero el Señor ha hecho mucho mas grande el sueño, lo alimentó con postales, tratados, radio, artículos, libros, y aún sigo esperando ver con qué nos sorprenderá esta vez. Esta palabra llegó a mi vida para enseñarme que mis logros no dependen de mi capacidad, sino de Su poder, para mostrarme que podía con Su ayuda construir un arca, a pesar de que nunca hubiera visto llover.
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