Diga el débil, Fuerte Soy! "Hazlo"

salto contra corriente

Desde niña soñaba en elaborar tarjetas o detalles con mensajes especiales que la gente quisiera comprar para bendecir a sus familiares y seres queridos, pero debo confesar que era pésima para las manualidades, torpe, rígida, poco creativa y demasiado básica para crear algo que pudiera impactar. Sin embargo permanecía dentro de mí el deseo de ver aquellas tarjetas, de pensarlas, de hacerlas y que a la gente les gustara. Pasaron los años y quizás por falta de tiempo y de capital o temor al fracaso tal vez, escondí ese deseo en la gaveta de mis imposibles.

Hasta que una tarde, después de llegar del trabajo, volvió a mi mente la idea que por tanto tiempo me invadió, junto a una frase que estremeció mi alma y se clavó en mi corazón: “Y diga el débil: Fuerte Soy”, junto a esta palabra el Señor habló a mi corazón diciendo que “haría cosa nueva, ríos en lugares desolados y caminos en desiertos” (Isaías 43:19). Desde aquella tarde, cuando para el entonces no había nada, mi esposo y yo hablábamos de nuestra empresa de artículos cristianos con la misma seguridad como después de todo lo hacemos ahora.

camino inedito

Aprendimos que Dios siempre tiene para cada uno de sus hijos algo diferente y especial donde demostrar que no hay nada imposible para El.

Ahora te pregunto ¿Hay un sueño postergado, una visión mutilada, un mandato posfechado de Dios para tu corazón? Si existe en tu vida un llamado de Dios, si sabes que sin duda fuiste creado para lo que el Señor desde hace rato te está llamando, es hora de hacer espacio en tu presente y empezar a trabajar en eso por más ilógico que parezca. Busca en lo secreto ese momento con Dios donde sobran las palabras, donde basta con escuchar los latidos de Su corazón en tu pensamiento dictándole a tu cerebro que tiene para ti algo inédito, algo valioso, que hay mucho trabajo por delante y que a Él le ha placido que lo hagas tú.

No demores más tiempo. ¡Hazlo! ponte en función desde ahora y no esperes más. Cada minuto que pasa cuenta en Su reloj. Si eres parte de Su pelotón entiende que, como en mi caso, te ha dado una orden: Haz de tu azadón una espada y de tu hoz una lanza, lo que tienes en tu mano es lo que el Señor va a usar para destacarte en la pelea, no te quedes sentado porque no puedes o porque no tienes, usa lo que tienes como puedes y ponte en las manos de Dios, anda al frente de batalla y diga el débil: Fuerte Soy.

seguridad y valor

Por más ilógico que te parezca su llamado, por más escasa que te parezca la visión, el poder de Dios no se manifiesta en la maravilla de un sueño, sino en la seguridad del que sueña. El usa cosas pequeñas para mostrar su grandeza, detalles ordinarios para hacerlos extraordinarios y usa personas débiles para mostrar a través de ellas su fuerza y su poder. Tan es así que usó una vara con un tartamudo, una quijada de asno con un carnal, cinco piedras lisas con un niño, cinco panes y dos pescados con una multitud. ¿Qué va a usar El contigo, con qué mostrará Su poder a través de ti? El llamado de Dios para tu vida no depende de los recursos que tengas o de las capacidades y conocimientos que poseas, cuando Dios te llama lo hace porque ha visto la disposición de tu corazón, pese a tus carencias y tus fallas. Por eso no te preocupes por lo que falte o por lo que aún no sepas, encárgate tú de tu parte, El será fiel en cumplir la suya. Toma lo que tienes, aprópiate de la palabra que Dios te ha dado y hazlo. Tengo razones suficientes para invitarte a que te atrevas a vivir el milagro de ver el poder del Señor en ti día tras día en lo que haces, en lo que dices, en lo que vences y en lo que logras conquistar.

gozo de Dios

Vivo cada día con la expectativa de lo que Dios hará hoy, yo pensaba en tarjetas y detalles, pero el Señor ha hecho mucho mas grande el sueño, lo alimentó con postales, tratados, radio, artículos, libros, y aún sigo esperando ver con qué nos sorprenderá esta vez. Esta palabra llegó a mi vida para enseñarme que mis logros no dependen de mi capacidad, sino de Su poder, para mostrarme que podía con Su ayuda construir un arca, a pesar de que nunca hubiera visto llover.



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