Sin lugar a dudas, «Dios honra a los que le honran», esta es una
verdad absoluta. Muchas iglesias hoy en día han perdido el
interés por honrar al dador de la vida. Aquellos líderes al
frente de una organización tienen el deber de enseñar la
honra a Dios.
Honrar a los padres, honrar a las autoridades, honrar a los
siervos de Dios, honrar al dador de la gracia, de la fe y la
verdad. Todos necesitamos saber mas sobre los principios de Dios
para honrar a los que merecen la honra. Nuestro Dios merece toda
la honra y toda la gloria.
Doy gracias a Dios por nuestra hermana Laura Elena Reyes Almanza
de Ministerio Pasión Viva que me envío este poema, nos lleva a
reflexionar sobre la honra que nos debe nuestro Dios. Esta poesía
es una exhortación para honrar la presencia de Dios.
Pero mas que nada es una invitacion para valorar la dulce
presencia de Dios…
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DIOS SE FUE… |
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He pensado tanto, tanto, |
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que es lo que pasa en el templo, |
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por más que canto alabanzas |
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y danzo y toco el pandero, |
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no siento ya su presencia, |
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no siento su amor inmenso. |
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Y por fin me he dado cuenta |
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que es lo que está sucediendo, |
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que con tanta irreverencia |
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del que se dice su pueblo, |
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pueblo que proclama amor, |
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sin saber que está diciendo, |
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que llega tarde al servicio, |
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saludando, interrumpiendo, |
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sin biblia, pluma y cuaderno, |
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con el celular prendido, |
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y apagado el evangelio, |
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y Dios al fin se ha cansado |
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y se ha marchado en silencio, |
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y nadie se ha percatado, |
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porque nadie está creyendo, |
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que El habita en la alabanza, |
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porque no han podido verlo. |
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Y aunque El estuvo presente |
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pues su palabra no miente, |
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y esperaba lo alabaran |
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con un corazón ardiente, |
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se ha ido decepcionado, |
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pues los que dicen ser salvos, |
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no quieren ni alzar las manos, |
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cuando cantan desganados, |
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cansados y desvelados. |
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Y a la hora de la ofrenda, |
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ese terrible momento, |
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no miran en el altar, |
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más que a un triste limosnero, |
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a quien le llevan las sobras, |
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y a veces, ni siquiera eso, |
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y así esperan que se abran |
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las ventanas de los cielos. |
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¿Y yo?…… masticando chicle, |
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por aquello del aliento, |
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criticando a mis hermanos, |
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eso sí, escribiendo versos, |
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ya a David y a Salomón, |
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como que los veo pequeños, |
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pues mi maldad me ha cegado, |
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y en mi no veo ni un defecto. |
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Ministerio «Pasión Viva» |
| Ene.10-2013 |
Escrito por Abdiel Salas.
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