Divagando sobre la adoración


¿Renovación en la adoración? ¿Significa cantar los “hits” del momento domingo tras domingo? A veces sueño, y sueño con cantar.

Sueño que un domingo solo entonamos salmos. “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey”, “Alabad a nuestro Dios en su santuario”, “Jehová es mi pastor”.

Sueño que otro domingo paseamos por la Reforma, y al lado de Lutero declaramos: “
Que muestre su vigor, Satán y su furor, dañarnos no podrá pues condenado es ya por la Palabra Santa”.

Sueño que otro domingo alabamos con los Wesley. “Cariñoso Salvador, huyo de la tempestad a tu seno protector”, “Cristo ya resucitó, ¡aleluya!”, “Oh que tuviera lenguas mil para poder cantar…”

Sueño que otro domingo nos acordamos de Fanny Crosby. “Lejos de mi Padre Dios”, “Más cerca, cerca de tu cruz”, “Dime la historia de Cristo”.

Sueño que otro domingo nos concentramos en los Gaither. “Solamente a Dios”, “La Cruz de Jesús me separa”, “El Rey ya viene”.

Faltarían tantos… faltarían domingos… himnos mexicanos, latinoamericanos, africanos; la colección de Isaac Watts y William Bradbury, la de Jesús Adrián Romero y Rubén Sotelo. Tanto que cantar; tanta repetición; tan corta visión.

En fin, solo divago…


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