«Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos, perdidos somos, todos nosotros somos perdidos. Cualquiera que se acercare, el que viniere al tabernáculo de Jehová, morirá ¿Acabaremos por perecer todos?» Números 17:12-13
¿Cuántas veces hemos ido a la iglesia pensando que vamos a morir con sólo acercarnos? ¿Cuántas veces hemos ido a la iglesia sintiendo que estamos perdidos con sólo pensar que Dios se encuentra en ese lugar? ¿Cuántas veces nos hemos acercado al pastor para decirle que la presencia de Dios, su santidad y su justicia son tan terribles en la iglesia, que cualquiera que se acerque morirá?
En mi caso nunca he pensado esto, y creo que pocas personas en nuestros tiempos digan estas palabras tan graves. Sin embargo, el mismo Dios de Israel es nuestro Dios, y Dios no ha cambiado, entonces ¿Por qué no existe más el temor a Dios?
Creo que esta pregunta no es fácil de responder, hay muchas razones, pero en este momento se me ocurre que una de las principales es que no comprendemos la Santidad de Dios, y no se trata de que necesitamos ver la nube, los rayos y los truenos para sentir temor (después de todo, el pueblo de Israel volvía a rebelarse una y otra vez a pesar de observar esas señales y maravillas), sino de que Dios es tan santo que no puede haber pecado delante de él, y más nos vale arrepentirnos de nuestra maldad antes de acercarnos a su presencia con pecado en nuestras vidas.
Es el mismo Dios terrible, santo, justo, todopoderoso… no debemos olvidarlo
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