“El es quien perdona todas tus iniquidades”. Salmo
103:3
¿Quién es Dios para ti? Yo creo que todos tenemos momentos en los
que hablamos con nosotros mismo. Tal vez reflexionamos o
recordamos las cosas que hacemos y dejamos de hacer. Gran parte
del tiempo es una reflexión con uno mismo aun en los momentos
cuando estamos dormidos.
Estos son los tiempos más íntimos y solitarios, donde nadie te
puede acompañar. Es donde realmente te encuentras solo y
conversas contigo mismo. Pero te das cuenta que tu alma tiene una
necesidad. Una necesidad de ser escuchada, de ser entendida de
ser consolada, de ser reavivada.
Es entonces cuando llega una verdad a tu vida que te hace cambiar
tu manera de pensar. David llego a reconocer a Dios, como el Dios
que perdona todas las iniquidades. ¿Quién más? ¿Quién mas puede
cambiar tu ser de tal manera que te rejuvenezcas como el águila?
David llego a conocer la gracia de Dios ante toda falla, todo
pecado, toda iniquidad.
“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras
iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados”. Sal
103:10
David sabía perfectamente que ningún sacrificio de animales podía
limpiar y pagar por todos los pecados e iniquidades cometidas por
él. (Sacrificio y ofrenda no te agrada. Salmo
40:6) David sabía perfectamente que Dios no quería
sacrificio y ofrendas de machos cabríos sin haberlo reconocido
primeramente como el Dios perdonador y misericordioso.
¿Y cómo le conoces tu a él? ¿Quién es Dios para ti?
“El que sacia de bien tu boca de modo que te
rejuvenezcas como el águila”. Salmo 103:5
David pone como ejemplo a las águilas, y ahora sabemos que las
águilas a mitad de su vida tienen un cambio radical en su físico,
que les permite alargar su vida considerablemente. Cambio de
pico, de plumaje, de energías, etc. Pero también David nos da una
clave: “El que sacia de bien tu boca…”
Es por medio de tus palabras que Dios comienza a obrar para que
te rejuvenezcas como las águilas, ¡Comienza a decir lo que Dios
es para ti!. Aquí en el Salmo 103 encontramos muchas razones por
las que David bendecía el nombre de Dios. ¡Estas razones son
tuyas también! Así que puedes decir con tu boca:
–
El perdona todas mi iniquidades
–
El sana todas mis dolencias
–
El rescata del hoyo tu vida
–
El me corona de favores y misericordias
–
El sacia de bien mi boca
–
El me hace justicia y derecho cuando padezco
violencia
–
Sus caminos me notifica y sus obras
–
Misericordioso y clemente es, lento para la ira, y
grande en misericordia
–
No contiende, ni está enojado
conmigo
–
No me ha hecho conforme a mis iniquidades, ni me ha
pagado conforme a mis pecados
–
Como el padre se compadece de mi
Que estas verdades penetren en tu alma y en tu corazón. Que nadie
te robe estas bendiciones, ni tú mismo. Cada vez que luches con
esa voz interna de culpabilidad de duda, de incertidumbre. Puedes
repetir estas verdades.
¿Quién es Dios para ti? Y contéstate tu mismo:
–
El perdona todas mis iniquidades
–
El sana todas mis dolencias
–
El rescata del hoyo tu vida
–
El me corona de favores y misericordias
–
El sacia de bien mi boca
–
El me hace justicia y derecho cuando padezco
violencia
–
Sus caminos me notifica y sus obras
–
Misericordioso y clemente es, lento para la ira, y
grande en misericordia
–
No contiende, ni está enojado
conmigo
–
No me ha hecho conforme a mis iniquidades, ni me ha
pagado conforme a mis pecados
–
Como el padre se compadece de mi
¡Tal vez tu tengas una necesidad material, llena tu boca con eta
verdad!
–
El me corona de favores y misericordias
¡Tal vez tú tengas una necesidad porque estás enfermo, llena tu
boca con eta verdad!
–
El sana todas mis dolencias
¡Tal vez tú te sientes culpable de pecado y estas enojado contigo
mismo, llena tu boca con eta verdad!
–
El perdona todas mis iniquidades
¡Tal vez estas padeciendo injusticias, llena tu boca con eta
verdad!
–
El me hace justicia y derecho cuando padezco
violencia
No importa tus errores, pasados, presentes y futuros. El ya
pago en la cruz tus errores y pecados. Dios te ama y quiere
que dependas de él y vivas para él. Para bendecir su Santo
Nombre. ¡Su nombre es Jesucristo!
¡Bendiciones de lo alto¡
Abdiel Salas
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