Seguimos extrayendo interesantes párrafos del libro «¿Me quiero o no me quiero?»
escrito por Esteban Figueirido, y que ya en la 2ª parte de «El Joven y Su Potencial» le presentamos para
hacernos una ligera idea de la trayectoria de este hombre.
«Detrás de lo que llamamos complejo de superioridad o de inferioridad se encuentra una baja
autoestima, un concepto negativo acerca de uno mismo. Tanto el ser un «espuma» como la falsa
modestia, reflejan una autoestima pobre.
La Biblia, en la carta que escribió Pablo a los Romanos, nos enseña que no debemos tener más
alto concepto de nosotros mismos de lo que realmente somos, que hemos de pensar en nosotros con
cabeza, con cordura, con equilibrio. Como un ejemplo de esto lo tenemos en Pablo, el apóstol.
Por un lado vemos lo siguiente:
Filipenses 3:4-6 (parafraseando) «4…. Si alguno piensa que tiene de que sentirse orgulloso,
yo más; 5 cumplidor de la ley judía desde pequeño, judío de pura cepa y perteneciente al grupo más
celoso en cumplir la ley; 6 llegué a perseguir a la iglesia acatando órdenes, convencido de que
hacía lo correcto, de manera que nadie podía llamarme la atención por nada».
1ª Corintios 11:1 «Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo».
Filipenses 3:17 «Hermanos, sed imitadores de mí».
¿Qué pensarías de alguien que os hablase así?. Que es un creido, que es un espuma, que a ver
quien se cree, lo veríamos como alguien orgulloso….. Pero la realidad es que la descripción que Pablo
hace de sí mismo es correcta, no exagera nada, cualquiera que le conociese podía decir que
era verdad. Pablo no tenía falsa modestia……………..
…………….. Ayuda a nuestra autoestima que sepamos decir lo que valemos, lo que somos,
sin buscar por ello un reconocimiento especial, ni queriendo quedar por encima de los demás. Pablo
tuvo que hablar así en una situación muy concreta. No busca su propia gloria, él dice que se le
imite, pero sobre la base que él imita al verdadero protagonista, a Jesús………….
También encontramos que Pablo que todo lo que es, tiene y vale proviene de un regalo por
parte de Dios y, cuando somos capaces de verlo así, no nos desequilibramos.
1ª Corintios 15:10 «Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano
para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de
Dios conmigo».
Dice la Biblia que conocer a Jesús nos hace «nuevas criaturas». Cuando creemos confiamos en Jesús como nuestro Salvador, volvemos a estar en paz con Dios, volvemos a nacer porque estábamos muertos espiritualmente, es decir, separados de Dios, y es entonces cuando adquirimos un nuevo DNI, una nueva identidad en Cristo. Desde ese momento nos identificamos con el mismo nombre, pero pasamos a ser ciudadanos del Cielo, peregrinos en la Tierra, la familia se amplia, formamos parte de la familia de Dios, las costumbres y hábitos empiezan a cambiar, pues El va transformando el carácter………
Vivir con Jesús en nuestra vida nos ayuda a cubrir la necesidad que tenemos de sentirnos amados, dignos y útiles. ………
…………… ¿Qué pasa si buscamos como fuente de satisfacción de las necesidades a Dios? ¿Sentirse amado, aceptado y seguro en la relación con Dios? Dios nos amó, de tal manera que aun siendo lo que éramos,
lo que somos, dio a Su Hijo por nosotros. Jesús nos devuelve la dignidad, nos libera de la culpa.
El se anonadó, se hizo nada, nadie, para que nosotros fuésemos alguien. Y el
Espíritu Santo quiere capacitarnos, tiene poder para hacer de nosotros más allá de lo que nos
podemos imaginar, librándonos del temor, de la inseguirdad».
Y no quisiera terminar con esta serie «El Joven Y Su Potencial» sin añadir una cuarta y última
parte, en la que veremos como un joven de tan sólo 21 años, hizo la diferencia en su entorno, incluso en la
historia. Y que tú podrías, por qué no, ser otro de ellos.
Pero esto será más adelante………. de momento, medita y recapacita en todo lo leído, y deja
que Dios obre libremente en ti.
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