El Precio De Ser Creyente

No es lo mismo ser un simple creyente que se conforma con ritos y oraciones, a ser discípulo de Jesús, porque esto último implica un verdadero compromiso con sus enseñanzas. Todos los que diariamente leemos estas citas es porque deseamos estar cerca de nuestro Maestro y ser la sal de la tierra como El nos lo pide. No nos basta conocer la enseñanza, debemos estar empeñados en vivirla y enseguida darla a conocer a los demás.Pero estos buenos deseos para que se hagan realidad, tienen un costo, porque nada de valor es gratis. Ser discípulo de Jesús significa esmerarnos por mantener nuestra conciencia alerta, para ser capaces de descubrir cual es la voluntad de Dios en nosotros y como podemos servir mejor a nuestros hermanos, porque ambas cosas van intimamente unidas, porque «aunque no podamos ver a Dios, podemos conocerlo, viviendo diariamente la voluntad del Padre y revelarlo a nuestros semejantes.