Reunido con unos preciados amigos hablábamos acerca de nuestro cristianismo, coincidiendo en muchas de las posturas a pesar de congregarnos en iglesias con diferencias acerca de dones y salvación. Pero una de los temas recurrentes fue nuestra postura en cuánto a los falsos maestros. Mencionamos cómo un falso maestro puede “perder” literalmente a su congregación, haciéndoles creer cosas que no tienen apoyo bíblico (al menos con una sana interpretación, porque son tan sagaces que tuercen la escritura para encontrar el apoyo que necesitan).
Querido hermano, te invito a que tomes un tiempo a solas con Dios y reflexiones sobre la clase de alimento espiritual que estás comiendo, si te están dando testimonio contundente de Jesús en la vida y familia del líder o pastor. Considera con delicadeza cada sermón, cada enseñanza si está alineada correctamente con posturas bíblicas universales de acuerdo a la fe que profesas, que debería ser la verdadera. ¿Cuál es el verdadero camino? Es aquél en el cual Jesucristo nuestro rey se lleva toda la gloria, toda la honra, todo el honor; en el cual NADIE se atreva a llenarse de orgullo malsano, a pensar que las ovejas son propias y no de Jesús, que no te acusen y te señalen pero que te muestren las Sagradas Escrituras con transparencia y convicción, no valiéndose de las mismas para ir tras la avaricia y perdición de los hombres; en donde le brindan la gloria al Creador y no a las criaturas. ¡Ten cuidado! No te apartes de la escritura, investiga, discierne, pregunta, estudia, discute, escudriña. Asegúrate que estás creyendo la verdad de Dios, y que la forma en que te tratan tus líderes y pastores es la correcta de acuerdo al estándar de Dios para este fin. ¿para qué? porque depende lo que aprendas, sea por estudio o por modelado, eso será lo que vas a enseñar o presentar al evangelizar, además de influir en el trato con tu familia y tu prójimo.
Ruego a Dios que nos ayude a encontrar (el que busca halla) el lugar apropiado, que a pesar de sus deficiencias logre un equilibrio sano sobre todo en las cabezas de líderes y pastores.
Hasta luego,
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