“El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.” Proverbios 10:19 NVI
La palabra yerra del verbo errar significa: no acertar, fallar, equivocarse. Quien mucho habla, mucho peca. Hoy en que muchas personas teclean en sus computadoras más de lo que hablan, bien podemos decir: “El que mucho habla, mucho yerra. Y el que mucho teclea corre el mismo riesgo”.
¿Ha tecleado y publicado algo en Internet estando molesto y luego se ha arrepentido? ¿Ha publicado algo que creyó verdad y era mentira y luego lo borró? ¿Ha publicado comentarios de alguien de quien verdaderamente no le constan de primera mano las fuentes de la información de lo que publicó? El consejo del sabio Salomón es: refrene su lengua. El que es sabio mide qué dice. El que es sabio es prudente, es decir, que actúa con reflexión y precaución para evitar posibles daños. Piense antes de hablar, no se deje guiar por sus emociones sino por sus reflexiones.
¿Qué reflejan sus comentarios en Internet? ¿Sabiduría o necedad? ¿Piensa antes de teclear o teclea y luego de publicar piensa? Porque como cualquiera puede escribir, como que se ha perdido el concepto de la cortesía y el respeto. Y hoy o tenemos a alguien de acuerdo o en total desacuerdo con lo que otros escriben y los comentarios en Internet demuestran o apoyo o crítica destructiva y en los peores casos hasta falso testimonio que busca destruir la reputación de otros, razón por la cual Dios prohíbe el falso testimonio.
Nunca debemos escribir nada en Internet que no pudiéramos literalmente repetir teniendo a Jesús y las personas que más admiramos como testigos en una reunión social. Porque los cristianos no somos un nombre que se comporta como los demás. Somos un nombre que define a quién seguimos, para quién vivimos, somos discípulos de Jesús el Hijo de Dios quien es nuestro modelo de vida. Que Dios nos conceda siempre hablar y teclear sabiamente para edificar a quienes nos escuchan o leen y decir la verdad en amor y con gracia.
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