El sello sexual es para el matrimonio


Dios nos ha dado un regalo maravilloso !!

 Dios creó el sexo y ordenó todo lo relativo a él. Los deseos e impulsos sexuales son creados
por Dios.

Guarda eso en tu mente: EL SEXO FUE CREADO POR DIOS.
Génesis 1:27 dice: “varón y hembra los creó” y Génesis 1:31 dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí era bueno en gran manera”.
EL SEXO ES UN REGALO DE DIOS, no es tu enemigo, sino un aliado del ser humano.
Si esto lo entendemos así, al ser Dios el creador del sexo, por consecuencia, esto no es
pecaminoso, ni sucio, ni repugnante, porque es dado por Dios, siempre que sea utilizado dentro de su plan.




¿Cuál es el plan de Dios?

“Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”
(Hebreos 13:4)

¡¡¡Sí!!! Dios lo regaló para que seamos felices y lo disfrutemos, exclusivamente dentro del
matrimonio. El sexo es el “cemento” que liga al hombre y la mujer en el matrimonio haciéndolos “una sola carne”.

El sexo nos fue dado por dos razones físicas principales:

  • Como fuente de profundo placer espiritual y físico entre el marido y la mujer

(Mateo 19:4-6Génesis 2:24-25; 24:67;   Eclesiastés 9:9;   1º Corintios 7:2-5).
Esta unidad en la relación sexual provee al hombre el gozo más perdurable y la máxima
plenitud que puedan llegar a conocer.


¡¡Es por eso que el acto sexual en el momento
oportuno, con la persona adecuada, en la relación correcta; es tan increíblemente
perfecto!!

  • Para preservar la raza trayendo hijos al mundo (Salmo 127:3-5).

El casamiento queda sellado en la relación sexual, sagrada y maravillosa como es. Por
esa razón el sexo fuera del matrimonio es una incongruencia, algo que carece de
significado y se convierte en degradante. La unión sexual es expresión y símbolo del
misterio de la unidad de dos personas al más íntimo nivel. Esa unión multifacética sólo
se da en el matrimonio cristiano, donde el acto matrimonial sella de manera vívida y
profunda la unión que Dios crea en la pareja.
Creo que, aunque abiertamente lo nieguen, muchos de los que sostienen relaciones
sexuales fuera del matrimonio se sienten culpables, manchados e insatisfechos porque
están negando una unión que debe producirse a todo nivel.

“Y los dos serán una sola carne,” dijo Dios. ¡Qué frase tan cargada de significación!
Sabemos que todo juego fútbol, tenis, etc. tiene sus reglas. Sin esas reglas de conducta
no habría deportes. Sin estas disciplinas los deportes serían un “hago-lo-que-quiero”.
Aún los juegos más simples de pasatiempo o entretenimientos tienen sus reglas.





Y cuando se trata de sexo

Dios ha puesto sus reglas. Él ha establecido que la relación sexual está limitada al esposo y a la esposa exclusivamente. 
Dios
ha puesto sus reglas. Él ha establecido que la relación sexual esté
limitada al esposo y a la esposa exclusivamente. Bajo ninguna
circunstancia la escritura concede la unión física de dos personas
fuera de los lazos del matrimonio.

En esta época de degradación moral y tolerancia del pecado, es bueno recordar que la
Palabra de Dios expresa y prohíbe tácitamente la relación sexual antes del matrimonio.

En 1º Corintios  6:18-19 dice: “Huid de la
fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis
que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”.

Hay una forma correcta de tener dinero: ganarlo. La forma incorrecta es robarlo.
Hay un medio seguro de amar y ser amado: “el matrimonio”. Cualquier otra forma es pecado.





¿Cuáles son las consecuencias de salirse de los límites sexuales?

Preguntemos al rey David. En el Salmo 38, él describe los efectos de su propio pecado –
posiblemente el adulterio con Betsabé. David experimentó:

1.   la agonía de la disciplina espiritual (v. 1-2),
2.   el tormento físico (v. 3-10),
3.   el aislamiento social (v. 11-16) y
4.   la ansiedad emocional (v. 17-22).
¡Qué precio tan alto por un momento de pasión descontrolada!
La medida divina de la pureza en las relaciones interpersonales, lejos está de ser anticuada,
aun cuando vaya contra la corriente de pensamiento de nuestro mundo

«civilizado».
No permitas libertades en tu noviazgo que más tarde te arrepentirás


Dios exhorta:
“Por eso les digo que huyan de los pecados sexuales.
Ningún otro tipo de pecado afecta al cuerpo como éste. Cuando uno
comete este pecado, peca contra su propio cuerpo. ¿No saben que el
cuerpo del cristiano es templo del Espíritu Santo que Dios le dio, y que
el Espíritu Santo lo habita? El cuerpo no es nuestro, porque Dios nos
compró a gran precio. Dediquemos íntegramente el cuerpo y el espíritu a glorificar a Dios, porque a Él pertenecen  (1º Corintios  6:18-20).



No permitas libertades en tu noviazgo, libertades de las que más tarde te arrepentirás.
El Dios de amor te dice “Consérvate puro” (1º Timoteo  5:22). Puro de pensamiento y de conducta. Eso te hará feliz.
Recordemos una vez más las palabras del Señor Jesús en el Sermón del Monte:

“¡Dichosos los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios!”.
Desarrolla convicciones bíblicas en tus relaciones con
personas del otro sexo. Sólo entonces podrás disfrutar de la
satisfacción que proviene de una relación centrada en Cristo, y
mantenida dentro de sus sabios límites de amor.





¿Cuáles son los límites y las causas que nos llevan a la caída?

¿Dónde está tu límite?Hay ciertas restricciones que son imprescindibles para que el noviazgo conduzca a un
matrimonio feliz. Dichas limitaciones son mayormente de orden sexual.

En Gálatas 6:7 dice
que nadie que desobedezca a Dios quedará impune sino que recogerá lo
mismo que sembró. Son palabras fuertes pero a la vez medicina
saludable.

Vivimos en un mundo corrompido, lleno de tristeza, amargura,
desavenencia y toda clase de
males. La Biblia diagnostica que la enfermedad es el pecado, un
cáncer espiritual que nos ha infectado a todos. Por ello ese cáncer
debe ser tenido en cuenta durante el noviazgo.
Hay jóvenes que se fastidian y algunos se enojan mucho cuando
sus padres, por protección y amor, les imponen ciertas restricciones en
el noviazgo.
Cuando dichos límites son normales y razonables, sin duda son para nuestro bien.
Hay limitaciones dictadas por Dios, la lógica y la honradez, y conviene que nos atengamos a
ellas.

Un joven le dijo a su padre:
– Pero papá, ¿es que no me tienes confianza?
– Hijo – contestó el padre -, te tengo tanta confianza como a
mí mismo. ¿Cómo quieres que te deje correr el riesgo de caer en una
tentación, sabiendo que si yo estuviera en tu lugar correría el mismo
riesgo?

Ese era el amor de un padre honrado que conocía la debilidad del ser humano y levantaba
barreras para frenar pasiones, tal como Dios lo deseaba.

“Todo lo verdadero… honesto… puro… en esto pensad” (Filipenses 4:8).
Se dice que la mente desocupada es taller del diablo.
Si no nos ocupamos de las cosas espirituales y buenas, el enemigo nos llenará con pensamientos malsanos.

Creditos:



 
Transformate y Avanza 
http://www.transformersg.blogspot.com/ 
+.o


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