El Viejo Corredor.

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.1 Corintios 9:24-25.

Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.Filipenses 3:13-14.

» Escuchelo aquí… en su dispositivo Móvil [iPod, iPhone, iPad, Androide ó Celular]

«Vivíamos en Marruecos; fue allí donde me halló el Señor. ¡Me gustaba participar en las carreras; estaba orgulloso de ser siempre el primero y de tener muchas copas! Pero cierto día, en una competencia, no lograba adelantar al que estaba delante de mí. Al ver la meta hice un esfuerzo descomunal y llegué primero… al tiempo que me desplomaba.

Durante el largo período que pasé en el hospital, mi madre me leyó en la Biblia un versículo que habla de las coronas. Cuando quedé solo me puse a reflexionar en estas dos expresiones: “corona corruptible”… “corona incorruptible”. En la siguiente visita de mi madre le dije: –¡Comprendí! Ayer corría tras las coronas que pasan, pero hoy quiero correr por una corona eterna, siguiendo a Jesús!»

Cuando salió del hospital, nuestro amigo se dedicó a llevar el Evangelio. Recorrió las carreteras de Marruecos, Argelia y más tarde de Francia. Hoy continúa su obra en una residencia de ancianos, distribuyendo calendarios. ¡Qué corredor incansable para seguir a Jesús!


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.