Escogiendo la Bendición o la Maldición


Lectura del día:        Deut. 9:1 – 11:32
Verso Central   Deuteronomio 11:26
«Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: (NVI)
Dios ha determinado darnos la libertad de escoger sus grandes bendiciones, o lo terrible de las maldiciones. Nosotros tenemos la opción de vivir bajo su bendición, o salirnos de la misma para entrar en maldición. He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: la bendición, si escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios que os ordeno hoy; y la maldición, si no escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que os ordeno hoy, para seguir a otros dioses que no habéis conocido. (Deut. 11:26-28)Cada día determinamos por medio de nuestras decisiones la bendición o la maldición. En la lectura de hoy, Moisés hace un recuento de todas las cosas que han vivido los hijos de Israel, desde que Dios los saco de Egipto, hasta este momento en el cual están por entrar a la tierra prometida. Especialmente Dios les recuerda como ellos han fallado en seguir los mandamientos del Señor, y las consecuencias de su desobediencia. Moisés les recuerda como ellos han sido obstinados y que necesitan cambiar su corazón,Vosotros habéis sido rebeldes al SEÑOR desde el día en que os conocí. (Deut. 9:24) Lo que determinaría el éxito o fracaso del pueblo dependería de la obediencia o la desobediencia a los mandamientos que Dios les había prescrito«Y ahora,  Israel,  ¿qué te pide el Señor tu Dios?  Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos,  que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir,  para que te vaya bien. (Deut. 10:12-13 NVI)  Como hemos visto en los capítulos anteriores, el problema del pueblo de Dios era que ellos, aunque habían salido de Egipto, Egipto nunca había salido de su corazón, a pesar de que ahora estaban fuera de la opresión egipcia, ellos todavía continuaban en su corazón anhelando adorar a otros dioses, y vivir sin estar sujetos a los mandamientos de Dios, por ese motivo Moisés les exhorta a que saquen todas las cosas que les estorban de sus corazones, Por eso,  despójate de lo pagano que hay en tu corazón, y ya no seas terco. (Deut. 10:16 NVI) Ellos estaban a las puertas de la tierra prometida, y humanamente la conquista era algo que ellos no podían hacer, era cierto que las ciudades tenían muros fuertes, y que la gente estaba armada y que no dejarían fácilmente sus tierras. El pueblo de Dios tenía un recurso que nadie más tiene para conquistar una vida victoriosa«Por eso,  cumplan todos los mandamientos que hoy les mando,  para que sean fuertes y puedan cruzar el Jordán y tomar posesión de la tierra, y para que vivan mucho tiempo en esa tierra que el Señor juró dar a los antepasados de ustedes y a sus descendientes,  tierra donde abundan la leche y la miel. (Deut. 11:8-9 NVI) La obediencia a los mandamientos de Dios es el medio a través de los cuales podemos conquistar todas las promesas de Dios. «Si ustedes obedecen todos estos mandamientos que les doy,  y aman al Señor su Dios,  y siguen por todos sus caminos y le son fieles, entonces el Señor expulsará del territorio de ustedes a todas esas naciones.  Así podrán desposeerlas,  aunque sean más grandes y más fuertes que ustedes. (Deut. 11:22-23 NVI) Hoy en día, debemos aprender la lección que le costó mucho al pueblo aprender para ser un pueblo conquistador. En primer lugar, debemos de consagrarnos y “sacar” o renunciar a todas las cosas que nos apartan de los propósitos de Dios. Diariamente examinemos nuestro corazóny ver si hay algo que no agrada a nuestro Dios. El tiempo diario de nuestro devociónal, es el mejor momento para venir delante de Dios ypedirle que nos “ilumine” para descubrir “lo pagano” que exista en nuestro corazón. El salmista declara Nadie puede darse cuenta de absolutamente todos sus errores. Así que te pido que me ayudes a no cometer pecados sin darme cuenta. (Salmo 19:12 PDT) En segundo lugar, al igual que ellos tenemos el recurso de la palabra de Dios, la cual Dios nos dio para que a través de sus principios podamos vivir una vida que disfruta de su bendición en todo lo que hagamos. Escojamos la bendición de Dios, y no demos lugar a la maldición.
Oración:                                                                                                                             
  • Pedir al Espíritu que nos ayude a ver las cosas que están en nuestra vida que no le son agradables.
  • Determinación para seguir en toda circunstancia los mandamientos de Dios.


Comentarios

Una respuesta a «Escogiendo la Bendición o la Maldición»

  1. gracias!

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